Es una gran historia en la que el amor supera todos los obstáculos. Urbano Cascante y Melania Sanz saben muy bien lo que son dificultades, lo que no les ha impedido afrontar la vida en Soria con determinación e ilusión: “Ahora cuentas a los jóvenes cómo vivimos y cómo hemos progresado, y no se lo creen”.
“No llores, porque te voy a pasear delante de tu casa con un Mercedes”. Es lo que el hostelero y carnicero Urbano Cascante Hernández le dijo a su esposa Melania Sanz Angulo, después de casarse y de comenzar juntos una vida “muy dura, sin nada, desde cero”, pero llena de ilusión y, sobre todo, “de mucho amor”.
Las circunstancias llevaron a Urbano a servir a la familia de Melania, en la Casa de la Media Naranja de Narros, se enamoraron y el amor quiso marcar el destino de ambos, en una historia de amor no bien recibida, pero tan grande que no cabe en la letra de ningún bolero.
Una historia que continúa 60 años después de matrimonio, y que Urbano y Melania celebraron y compartieron el pasado 11 de marzo en Narros con su familia y los vecinos, en un día primaveral luminoso y radiante. Quedaba muy lejos en el tiempo, pero más cercano en la memoria y en el corazón, la nieve y el frío del día en el que se casaron, y en el que se marcharon a vivir a Canos con “lo puesto”.
Para celebrar su 60 aniversario, Urbano llegó el sábado 11 a la iglesia de Narros en un coche de caballos, con su nieta Aída de madrina; y Melania apareció con un coche antiguo con su nieto mayor Antonio de padrino. No había Mercedes, pero ni falta que hacía.
Aquel apuesto y cascarrón criado que fue a trabajar hace décadas a la Casa de la Media Naranja ya no tiene que demostrar nada más. Se lo ha demostrado todo a Melania. Lo mismo que ésta a Urbano.
En la ceremonia, del sábado 11, Urbano resaltó lo “cortos” que se le habían hecho estos sesenta años de matrimonio, remarcando que el día más feliz de su vida ha sido el de su boda.
Y es que el hombretón de carácter que es ‘el Cascante’, se emociona al hablar de su esposa, a la que nunca podrá agradecer todo el apoyo recibido. “Es una mujer fuerte y tremenda. La que más ha trabajado, sacrificada, una gran madre y una estupenda persona”, que a pesar de su dedicación a sus seis hijos y al trabajo en sus negocios, todavía ha tenido tiempo de ser voluntaria en Cruz Roja, para atender a personas mayores y a niños de mujeres inmigrantes.
LA FUERZA DEL AMOR
Urbano Cascante tiene claro que gracias a la fuerza del amor, “que es lo más importante en la vida”, este matrimonio ha sabido sacar adelante sus negocios, empezando desde “abajo del todo, cuando no teníamos de nada”.
Melania Sanz cuenta que, cuando fueron a vivir a Canos, recién casados, tuvieron que calentar la leche en una lata de sardinas, porque no tenían ni utensilios de cocina. Pero el carácter emprendedor y de sacrificio de este matrimonio tan excepcional, hizo que Urbano dejara pronto de servir en otras haciendas, y que comenzara con el trato de ganado, para ir a vivir a Soria luego y abrir una tabernilla (la conocida Taberna Cascante) y una carnicería, que luego trasladó a la plaza de Odón Alonso.
Durante unos ocho años tuvo ovejas; y fueron comprando los pisos del edificio de la Taberna Cascante, donde también abrieron una pensión. “Hemos trabajado mucho”, reconoce Urbano Cascante.
LAS PRIMERAS VACACIONES, CUANDO SE JUBILARON
Urbano Cascante y Melania Sanz tuvieron sus primeras vacaciones cuando se jubilaron, un viaje a Italia, ya que no habían tenido ni luna de miel. Apenas han sabido que es tener días de descanso, puesto que la carnicería solo la cerraban el domingo por la tarde. “Los domingos vendíamos más que los sábados”, apunta Cascante, que recuerda “que la gente sabía que no cerrábamos, y nos mandaban muchos personas y visitantes para comprar”.
“La vida nunca me ha dado miedo”, afirma Cascante, que cree que la suerte hay que trabajarla y buscarla. Aunque dura, Urbano y Melania se muestran satisfechos con la vida, que ha sido generosa. Cascante considera que lo peor en esta vida es la envidia, que es el cáncer de las familias. “Yo no he pensado nunca en lo que tenían los demás”, indica. “Nosotros sólo pensábamos en nuestra familia”, añade, sin pedir nada y confiando en el futuro.
A las jóvenes parejas les aconseja que se quieran, que lo hagan todo con mucho cariño, y que tengan paciencia. Urbano Cascante es optimista, y considera que Soria ofrece oportunidades, pero que hay que sacar adelante con empeño y con trabajo.
La familia y los amigos han vivido un 60 aniversario muy emotivo, sin que faltara el buen humor. Sin duda, los seis hijos (Esperanza, Olga, Lourdes, Ana, José Antonio y Sonia) y los 10 nietos han vivido una jornada muy especial, junto con el resto de familiares y amigos de Urbano y Melania.
Los vecinos de Narros también han compartido, con un aperitivo ofrecido tras la misa, el 60 aniversario de bodas de Urbano Cascante y Melania Sanz. En Narros se casaron, y de esta localidad partieron para comenzar una nueva vida, que empezó siendo dura pero que ha sido gratificante.