En una carta, el obispo de Osma-Soria alude a que se trata de un derecho en la educación. Las clases de esta asignatura sirven “para dar respuesta y sentido a la vida, afirma.
En una carta remitida a los medios de comunicación sorianos, el obispo de Osma-Soria, Abilio Martínez Varea ha invitado a los padres de los alumnos a inscribirlos en Religión y Moral Católica.
El prelado afirma que se trata de una asignatura que “ofrece un mensaje de vida y de sentido”, la cual, por otro lado, “da respuesta que es capaz de llenar tantos interrogantes que tienen nuestros alumnos en sus corazones”.
La carta, literalmente, es como sigue:
“Queridos padres con hijos en edad escolar:
Ha comenzado el tiempo de matricular a vuestros hijos en los Colegios e Institutos para el próximo Curso y quiero aprovechar la ocasión para pediros que os acordéis de inscribirlos en la clase de Religión y Moral Católica, o al menos no dejéis de animarlos para que ellos mismos lo hagan. También si vuestro hijo empieza el próximo curso la escuela. No tengáis duda. Precisamente ahora es el momento de ofrecerle el mejor camino para su vida. En los primeros años de edad se integran en la persona los valores y actitudes que le acompañarán el resto de su vida.
La clase de Religión Católica es un derecho que tienen todos los padres, un derecho que recoge y canaliza la propia Constitución Española en su artículo 27.3, refrendado por otros muchos textos jurídicos de rango internacional. Por eso, en el centro escolar que elijas para tus hijos te facilitarán la posibilidad de cursar la asignatura de Religión Católica. Es el momento de matricularlos. No desaproveches esta ocasión.
Pero además de ser un derecho, la clase de Religión Católica ofrece un mensaje de vida y de sentido. Y este mensaje ayuda a que nuestros niños y jóvenes se desarrollen de forma plena, a ser personas que afrontan el futuro con ilusión y que levantan su mirada hacia la construcción de un mundo mejor. Personas capaces de afrontar, cuando llegue el momento, sus responsabilidades en esta sociedad. En definitiva, personas felices. Los jóvenes están en búsqueda de la verdad sobre Dios, sobre el hombre, sobre la vida y, en especial, sobre el mundo que les rodea. La clase de Religión Católica da una respuesta que es capaz de llenar tantos interrogantes que tienen nuestros alumnos en sus corazones. Por eso es importante que se apunten a clase de Religión, para dar respuesta y sentido a su vida. Y siempre desde el diálogo de la fe con las ideas del pensamiento actual; es clase de Religión y no catequesis.
Además, la clase de Religión Católica también enseña algo esencial: a convivir, a solucionar conflictos por la vía de la paz, a respetarse, a valorar al otro, a aceptar las diferencias, a ayudar al débil y al necesitado. Es el lugar donde, sin duda, se aprenden una serie de valores que les engrandecen como personas: el amor, el perdón, la honradez, el esfuerzo, el gusto por lo bien hecho, el respeto por los padres y mayores, etc.; en definitiva, es el lugar donde los valores del amor, del perdón o el compromiso son algo más que unas palabras bonitas.
En el poco tiempo que llevo en esta tierra soriana, que ya siento como mía, no he podido dejar de admirarme del rico patrimonio histórico-artístico, cultural y social que tenemos. En la clase de Religión Católica se dan las claves religiosas para comprender las raíces cristianas de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, fiestas y costumbres. El patrimonio artístico religioso (los retablos de nuestras iglesias, las imágenes de nuestros santos, etc.) sólo pueden ser comprendidos desde los conceptos de la cultura cristiana.
Aprovecho estas palabras para animar a los profesores de Religión Católica a seguir trabajando con ilusión y a no descuidar su formación permanente. Sed fieles a vuestra vocación de profesores y creyentes; seguid así.
Pido al Señor que os ayude a vosotros, padres, así como a los alumnos y profesores en esta noble tarea de la educación. En este momento de decisión, os animo a que sigáis confiando en la clase de Religión Católica como una buena opción para vuestros hijos”.
"Con mi afecto y bendición".