La organización internacional asegura que la prisión de Saydnaya se suceden ahorcamientos masivos y exterminio.
Este viernes 28, a partir de las 19.00 horas, Amnistía Internacional (AI) Soria recoge firmas en la plaza Mariano Granados para apoyar el fin del horror de las cárceles sirias.
Según la organización, su informe ‘Matadero humano: ahorcamientos masivos y exterminio en la prisión siria de Saydnaya’, publicado este pasado febrero, “confirma y amplía los espeluznantes testimonios sobre tortura, enfermedad y muerte” ya recogidos en otra investigación publicada en agosto de 2016.
En AI aseguran que la prisión militar de Saydnaya es el lugar donde el Estado sirio mata “brutalmente y en silencio” a su propio pueblo. “Saydnaya es el fin de la vida, el fin de la humanidad”, ha declarado Abu Muhammed”, ex guardia de esta cárcel.
En su inmensa mayoría las víctimas son civiles que, presuntamente, se oponen al gobierno, describen, y añaden que tras el inicio de la guerra en 2011 miles de personas han sido ejecutadas extrajudicialmente en ahorcamientos masivos, realizados de noche y rodeados del máximo secreto. “Otros muchos reclusos han muerto tras reiteradas torturas y después de ser privados de comida, agua, medicamentos y atención médica. Sus cadáveres son enterrados en fosas comunes”.
Para AI es “inconcebible” que estas prácticas hayan sido autorizadas por el gobierno sirio. “Consideramos que el trato inhumano que se da a las personas privadas de libertad en centros gubernamentales es tal que los reclusos están siendo sometidos a un exterminio”, apuntan, en función a la definición del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional: “Imposición intencional de condiciones de vida, la privación del acceso a alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población”.
Para Amnistía Internacional las violaciones de derechos humanos que cometen las autoridades en Saydnaya constituyen “crímenes de lesa humanidad”. Según la presente investigación, en Amnistía Internacional concluyen que los asesinatos, las torturas, las desapariciones forzadas y el exterminio que se perpetran en Saydnaya desde 2011 “forman parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil, de conformidad con la política del Estado”. También han señalado que un ex funcionario de la prisión mencionada todos los reclusos hicieron "sin excepción, la confesión bajo tortura". Saamer, preso en Saydnaya, reconoce que “deseaba que me amputaran las piernas de una vez para que no siguieran golpeándolas".
Las exigencias de AI sobre este asunto pasan por: