El frío bien entrada la tarde no impide continuar con esta tradición que se cierra con buen ambiente en una parrillada común.
Dando continuidad a la tradición las gentes de Quintanilla de Tres Barrios volvían a pingar el mayo con las últimas luces de la tarde este domingo, último día de abril. Hasta el paraje del Perules se desplazaba un nutrido grupo de personas para proceder a la tala de uno de los ejemplares de chopo de mejor talle.
Cortado el árbol, era transportado hasta la plaza del pueblo, pedanía de San Esteban de Gomaz, para enclavar el Mayo, tras haber sido limpiado de su ramaje ramas y con lo que de paso se añadía una dificultad más a a los atrevidos a trepar a lo más alto para conseguir el señuelo, según costumbre ancestral.
El chopo permanecerá durante todo el mes de mayo como símbolo totémico de fertilidad. Antiguamente, al acabar el ciclo, los mozos volvían a despingarlo y a subastar el ejemplar, y con el dinero recaudado celebraban una merienda.
En este caso la merienda-cena se realizó con gran ambiente una vez superada la difícil labor de izarlo y ubicarlo con la verticalidad que otorgan los cánones. Para reponer fuerzas nada mejor que una buena parrillada para todos cuantos participaron en el evento y los que les animaron a sobreponerse del esfuerzo y de las gélidas inclemencias meteorológicas.
Antiguamente esta costumbre quedaba en manos de los mozos, como otras muchas del calendario popular, pero la mengua de población y más aún de solteros suficientes para empinarlo, hace que colabore todo aquel que desee sumarse a la cita.