CASTILLA Y LEóN
Actualizado 09/07/2017 10:11:28

En Castilla y León se consumieron el pasado año 25.175 toneladas de aceites industriales, el 3,4% más que en 2015. Esta cantidad representa el 8,4% del total de lubricantes comercializados en España por las empresas fabricantes adheridas a SIGAUS, y pone de manifiesto que Castilla y León es una de las comunidades autónomas con mayor consumo de aceite industrial en España.

Además de ser un producto que se utiliza principalmente en los sectores de la automoción y la industria, los aceites industriales tienen presencia en otras actividades empresariales muy heterogéneas, como el transporte, la construcción, la agricultura, o cualquier actividad en la que se requiera el uso de compresores, turbinas o engranajes, y donde el uso de aceites lubricantes se utiliza para refrigerar, aislar o disminuir la fricción entre las piezas de las maquinarias.

Esta versatilidad hace que el residuo resultante del aceite tras su vida útil se genere de manera muy fragmentada y dispersa, tanto desde el punto de vista de los establecimientos productores como del territorio, lo que implica una recogida de gran complejidad logística. A ello se suma que el aceite industrial usado es un residuo altamente contaminante debido a la presencia de hidrocarburos, metales pesados y otras sustancias tóxicas en su composición, por lo que es precisa su correcta gestión para evitar sus efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente.

Operaciones de recogida, claves para la protección ambiental

En 2016, a través de la red de gestores que realizan operaciones de gestión de aceites usados en el marco del Sistema se efectuaron 9.474 recogidas en 1.054 municipios castellanoleoneses, en los que se atendió a 4.780 establecimientos productores. En ellos se recogió una cantidad bruta de 13.071 toneladas de residuo, un volumen que contiene un cierto porcentaje de impropios (agua, lodos o partículas metálicas) y que en los centros de transferencia es analizado y sometido a un pre-tratamiento para eliminar las sustancias contaminantes y facilitar su gestión final.

En términos territoriales, destacaron especialmente las operaciones de recogida en el medio rural, donde SIGAUS prestó un servicio de gran capilaridad. Casi la totalidad de los municipios donde se recuperó aceite usado (94%) están situados en espacio rural, donde se ubican la mitad de los productores totales atendidos (2.383). En estos establecimientos se efectuaron 4.082 recogidas a lo largo del año, que suponen el 43% del total, con la recuperación de 4.668 toneladas de residuo. En estas zonas rurales la recuperación del aceite usado tiene un importante valor añadido: además de los altos índices de fragmentación y dispersión del residuo que exige una operativa de recogida más compleja y costosa, es especialmente crucial por el riesgo ambiental que se evita, ya que la mayoría de espacios protegidos se encuentran en este medio.

Actividades productoras de residuo

La industria es en Castilla y León la principal actividad generadora de aceite usado. A pesar de ser un sector que representa tan sólo el 16% de los puntos productores atendidos en esta comunidad, un total de 754 instalaciones, en ellos se recuperaron durante el pasado año 4.876 toneladas de aceites usados, el 37% del volumen total recogido, tres puntos porcentuales más que en el sector de automoción.

Los talleres son la segunda actividad productora con mayor generación. En ellos se recogió el 34% de la cantidad total de residuo, 4.408 toneladas, aunque es un sector que constituye el 44% de los puntos productores atendidos, un total de 2.102 establecimientos. Además de en estos dos principales sectores generadores, SIGAUS atendió la recogida de 3.787 toneladas de aceite usado en actividades tan diversas como el transporte, hostelería, agricultura, construcción o comercio, entre otras; en suma 1.924 puntos productores de muy diversa índole que de forma agregada representan el 40% del total de productores.

Un residuo peligroso con importantes recursos materiales y energéticos

Si bien es cierto que se trata de un residuo de naturaleza contaminante, el aceite industrial usado conserva gran parte de los hidrocarburos del lubricante original, lo que permite un alto aprovechamiento de los mismos. Tanto el proceso de regeneración del aceite usado, con el que se obtiene una base lubricante apta para la fabricación de nuevos lubricantes, como la valorización energética, que aprovecha el poder calorífico del residuo (tras una previa descontaminación), son tratamientos que permiten valorizar el aceite usado recuperado convirtiéndolo en una fuente importante de materias primas para la fabricación de nuevos productos o la obtención de energía, evitando con ello recurrir al refino del petróleo para producir aceites lubricantes y fuel óleo, respectivamente.

El aceite usado recogido durante el pasado año en Castilla y León fue valorizado en su totalidad, cumpliendo así con el objetivo ecológico establecido por la normativa ambiental. Una vez descontados los impropios detectados en el residuo, la cantidad neta finalmente gestionada y valorizada por parte de SIGAUS fue de 9.669 toneladas. De esta cantidad neta, más de tres cuartas partes del total del aceite usado se destinaron a regeneración, tratamiento prioritario en la gestión de los aceites usados. En total 7.544 toneladas regeneradas (el 78%) que permitieron devolver al mercado 5.024 toneladas de lubricantes, equiparable al 20% del consumo en esta comunidad. Además este tratamiento hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 22.632 toneladas de CO2.

Los aceites usados que no son aptos para ser regenerados, generalmente aceites utilizados en el sector industrial que contienen una alta cantidad de otras sustancias (agua y metales) que dificultan su regeneración, se tratan para su posterior valorización energética. El producto resultante, un combustible de uso industrial de características similares al fuel óleo, se utiliza frecuentemente en industrias con hornos que deben suministrar una gran cantidad de energía, como los que suele haber en papeleras, cementeras y otras industrias de materiales de construcción (cerámicas, yeso, áridos) o en centrales térmicas de cogeneración eléctrica. Durante el pasado año, las 2.125 toneladas destinadas a valorización energética permitieron la generación de una energía equivalente a 23 GWh, suficientes como para abastecer el consumo anual de 5.387 hogares de Castilla y León.

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