Los indicadores contemplados por la entidad de crédito apuntan a la mejora de la inversión, construcción y servicios.
EspañaDuero ha revisado dos décimas al alza las previsiones de crecimiento de la economía de Castilla y León para 2017 que realizó el pasado mes de marzo y ha situado el incremento del PIB en un 2,5 por ciento por la mejora de la inversión y el mejor comportamiento de la actividad de la construcción y de los servicios.
Además y según ha explicado Felisa Becerra, coordinadora de la publicación de EspañaDuero sobre 'Previsiones Económicas de Castilla y León', y en declaraciones recogidas por Europa Press, este aumento seguirá sustentado en la demanda interna, especialmente en el gasto de los hogares (2,4 por ciento), ya que supone en torno a dos tercios del PIB regional.
Por su parte, el gasto en consumo de las Administraciones Públicas podría aumentar un 1,3 por ciento mientras que la inversión crecerá un 3,1 por ciento.
En el lado de la oferta, Becerra calcula que el sector agrario pueda descender un 2,1 por ciento y ha reconocido al respecto que las perspectivas del sector agrícola han empeorado como consecuencia de una sequía que "ha hecho mella", unido a la comparación con el año 2016, que fue muy bueno en producción.
Sin embargo, el resto de los sectores han registrado aumentos de entre el 2,0 por ciento del sector industrial y el 2,8 por ciento de la construcción, con los servicios (2,7 por ciento) como el "principal motor" del crecimiento del PIB, ya que representa en torno al 62 por ciento del PIB de Castilla y León.
En cuanto al mercado de trabajo, el informe de EspañaDuero estima que el número de ocupados crecerá un 2,0 por ciento, tres décimas más de lo previsto en marzo, "debido en gran medida al mejor comportamiento de lo previsto en el sector servicios", ha apuntado Becerra.
Además, con la excepción del sector agrario (-3,5 por ciento), el número de ocupados crecerá en el resto de sectores y destaca en términos relativos el incremento previsto en el sector de la construcción (6,2 por ciento), aunque en términos absolutos resultará "más relevante" el aumento estimado para el sector servicios (casi 12.000 ocupados más que en el promedio de 2016), que concentra casi el 70 por ciento del empleo de la región.
Si se tiene en cuenta este incremento del empleo y una "ligera pérdida" de población activa (-0,1 por ciento respecto a 2016), el número de parados descenderá en el promedio de 2017 en casi un 11 por ciento en Castilla y León y la tasa de paro se situará en el 14,1 por ciento (17,5 por ciento en España).
Por provincias, las previsiones de EspañaDuero para 2017 apuntan a un "incremento generalizado" de la actividad económica que, no obstante, será algo menos intenso que el registrado el año anterior. Los mayores crecimientos de la actividad corresponden a Soria y Segovia (2,8 por ciento) y Burgos (2,6 por ciento) con Ávila, Valladolid, Zamora y Palencia en torno a la media regional (2,5 por ciento) con León (2,1 por ciento) y Salamanca (2,2 por ciento) por debajo.
Por su parte, el PIB de Castilla y León creció un 0,8 por ciento en el primer trimestre del año hasta situar la variación interanual en el 2,5 por ciento, cuatro décimas por debajo de la registrada el trimestre anterior y medio punto inferior a la estimada para el conjunto de España.
Becerra ha basado este aumento en la demanda interna, que aportó 3,3 puntos al crecimiento del PIB regional en el primer trimestre (en torno a un punto más que en el conjunto nacional), si bien esta contribución se ha reducido tres décimas respecto al cuarto trimestre de 2016, una moderación debida a su vez al menor dinamismo del gasto en consumo de los hogares (2,5 por ciento frente al 3,1 por ciento previo), con mayores avances en el gasto en consumo de las administraciones públicas y en la inversión (5,9 por ciento y 2,5 por ciento respectivamente).
Por el contrario, el saldo exterior restó 0,8 puntos porcentuales al crecimiento del PIB entre enero y marzo (-0,7 puntos porcentuales en el trimestre previo), por el mayor crecimiento de las importaciones que han pasado de crecer un 1,3 por ciento interanual en el cuarto trimestre de 2016 a incrementarse en un 4,3 por ciento en el primer trimestre mientras que las exportaciones han crecido un 3,2 por ciento en términos reales, frente al 0,3 por ciento previo.
Según ha explicado Becerra, ese mayor impulso de la demanda interna en Castilla y León ha hecho que la economía tienda a importar lo que no significa que no crezcan las exportaciones sino que han subido más las compras en el extranjero ante lo que ha aprovechado para ocasión para reivindicar un mayor consumo de "producto español".
En cuanto a la oferta, en el primer trimestre del año se produjo un mayor crecimiento interanual del Valor Añadido Bruto en la construcción y en los servicios, con tasas superiores al 3 por ciento en ambos sectores mientras que el crecimiento de la industria se ha ralentizado hasta aumentar menos de un 1 por ciento por un descenso en las ramas energéticas, aunque también se ha desacelerado el crecimiento de las ramas manufactureras.
Asimismo, el VAB del sector primario ha disminuido tras ocho trimestres consecutivos de incrementos, influido por la climatología adversa.
Finalmente, la economista ha constatado que los indicadores relacionados con el mercado de trabajo continúan con un perfil positivo con un aumento del empleo de un 2,8 por ciento en el primer trimestre del año, según la Encuesta de Población Activa (3,1 por ciento en el trimestre anterior).
Por sectores, la creación de empleo se intensificó en los servicios y en la construcción, se moderó en la industria mientras que disminuyó el número de ocupados en las actividades agrarias. Así, el número de asalariados subió casi un 4 por ciento y descendió por el contrario el número de empresarios sin asalariados.
Además, se registró un mayor repunte de la contratación temporal y del empleo a tiempo completo, aunque la ocupación a tiempo parcial también ha crecido.
Por su parte, el número de parados cayó un 18,3 por ciento respecto al primer trimestre de 2016, "descenso en el que también ha influido la pérdida de población activa", hasta situar la tasa de paro en el 15,1 por ciento (18,8 por ciento en España).
En cuanto a la evolución de la economía mundial, ha destacado que la actividad económica avanzó a "buen ritmo" en la primera mitad del año en las economías avanzadas y en las emergentes, un "escenario más positivo" que se ha visto respaldado por la bondad de los resultados empresariales y por el contexto más estable de los mercados financieros "a tenor de los resultados electorales en Europa, la nueva tendencia a la baja del precio del petróleo y la confirmación de un calendario esperado de normalización de la política monetaria en EE.UU. y en la Zona Euro".
En este contexto, la actualización de las proyecciones presenta un "tono más optimista" aunque el ritmo de crecimiento del PIB mundial en 2017, en torno al 3,5 por ciento, se quedará por debajo del promedio observado en las dos décadas anteriores a la crisis.