Ha reducido su aceleración en dos décimas en el segundo trimestre de 2017.
La sequía está dejando consecuencias desastrosas en Castilla y León, sobre todo para los agricultores, pero también para las cifras de la economía en la región. Tanto es así, que este factor es el que ha hecho desacelerar en dos décimas el crecimiento en el segundo trimestre de 2017, al aumentar un 2,3% frente al 2,5% del anterior año.
Según ha explicado la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, este comportamiento de la economía de Castilla y León está en línea con las tasas registradas en la Unión Europea, aunque es inferior a la media del país donde el PIB creció un 3,1% en el segundo trimestre con una variación intertrimestral del 0,9%.
Del Olmo ha rechazado una lectura pesimista de la evolución del PIB en Castilla y León desde el convencimiento de que la economía castellanoleonesa "tiene pulso" ya que hay indicadores positivos, como las exportaciones del sector de la automoción que, aunque inferiores a las de 2016, cuando sumaron los 3.800 millones de euros, alcanzan los 3.669 millones, unos 1.000 millones más a las de 2015.
"Yo a esto no puedo decir que sea preocupante", ha considerado Del Olmo, quien ha sustentado la desaceleración de la economía de Castilla y León en el segundo trimestre del año en los efectos de la sequía en un año "anormalmente malo" tanto en la agricultura, que ha perdido en torno al 40% tanto en producción como en valor, como en la producción de energía a través de unos pantanos que no han desembalsado, a lo que ha sumado también un menor ritmo en la producción eólica que representa el 25% del total del país.
En concreto y según ha detallado Del Olmo, desde la perspectiva de la oferta se produjo un mayor crecimiento del Valor Añadido Bruto del sector servicios, que ha pasado del 3,3 al 3,6%, y una desaceleración de tres décimas en el de la construcción, mientras que descendió el de la industria (-0,4%) y, especialmente, el del sector primario con una variación interanual del -11,5% (-6,1% en el periodo anterior) con un "importante decrecimiento" de la producción agrícola y un menor aumento de la ganadera.
"El sector agrario depende mucho del tiempo y es un sector muy importante en Castilla y León", ha reconocido Del Olmo, para quien la evolución del valor añadido bruto de este sector ha estado en línea con lo esperado por la Junta sin "variar mucho" sobre una previsión de crecimiento que, según ha recordado también, ya fue "prudente".
Así, en el último avance disponible de producción de cultivos de la campaña 2016/2017 (correspondiente a junio de 2017) se refleja un descenso "muy significativo" de la producción agrícola frente al incremento de la campaña anterior mientras que en el sector ganadero se produjo un aumento de la producción inferior al anotado en el trimestre precedente.
En el caso de la industria, experimentó un decrecimiento del 0,4% frente al incremento del periodo anterior (0,6%) por ese descenso de las ramas energéticas (-10,4% frente al -7,5% de enero y marzo) y por la desaceleración de las ramas manufactureras.
En el caso concreto de las ramas energéticas computan caídas de las ramas extractivas y, en mayor medida, del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado en este periodo mientras que las ramas manufactureras presentaron una variación anual del 1,0% en este trimestre, nueve décimas menos, por el peor comportamiento de las ramas de material de transporte.
Del Olmo ha destacado a este respecto la evolución de las ramas alimentarias que atenuaron su descenso con respecto al trimestre precedente y ha visto normal la desaceleración de la industria desde el reconocimiento de que no se puede mantener un crecimiento récord permanente, como ocurrió el pasado año cuando Castilla y León lideró índices como el IPI y las exportaciones.
Por otro lado, el sector de la construcción se desaceleró en el segundo trimestre del año al pasar del 3,5% al 3,2%, debido a la menor actividad de la edificación no residencial y de la ingeniería civil.
Por último, el VAB del conjunto del sector servicios ganó tres décimas y cerró el segundo trimestre con un 3,6% por la aceleración en el componente de mercado con una variación anual del 4,8% (4,4%) mientras que decrecieron los servicios no de mercado con el -0,4%.
Desde el punto de vista de la demanda, se ha reducido la aportación de la demanda interna al crecimiento del PIB respecto del anterior periodo, de 3,3 a 2,5 puntos porcentuales, y se mantiene la contribución negativa del sector exterior.
Entre abril y junio de 2017 se incrementó el 2,5% el gasto en consumo final, nueve décimas menos que en el primer trimestre (3,4%), por un menor crecimiento del gastodel sector de las Administraciones Públicas (2,1% y 5,9%, respectivamente) -en este punto ha recordado que Castilla y León no contó con presupuesto hasta junio- mientras que el consumo final de los hogares creció una décima más que en el periodo anterior hasta el 2,6%.
En cuanto a la formación bruta de capital o inversión, subió un 2,2%, tres décimas menos que la anterior debido a la desaceleración de la inversión en construcción, que pasó del 2,1 al 1,9%, y de la de bienes de equipo, que pasó del 2,9 al 2,7%. Por su parte, la variación de existencias mantuvo un efecto neutro sobre el incremento del PIB.
Finalmente, Del Olmo ha constatado que el sector exterior, que computa también ventas y compras a otras autonomías, presentó una aportación negativa de 0,2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año ya que la desaceleración anotada por las importaciones totales (1,2% y 4,3%) fue superior a la registrada por las exportaciones totales (0,9% y 3,2%).
Pilar del Olmo ha destacado la capacidad de creación de empleo en Castilla y León con ese crecimiento económico del 2,3% y ha cifrado en 17.000 los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo que se han creado respecto al primer trimestre, si bien se observa una desaceleración de dos 1,2 puntos al pasar de un incremento del 2,9 al 1,7%, por la mayor contracción de la empleabilidad en el sector primario (-14,1%) y la construcción (-2,2%), con una desaceleración de la industria (1,1%) y un mayor aumento en los servicios (3,6%).