El conjunto romano, hallado en 1997, fue reparado inicialmente en 2004. Debido a factores externos de deterioro se ha hecho necesaria otra intervención directa. Tiene 34 metros cuadrados y fue musealizado en 2004.
El delegado territorial, Manuel López, ha visitado esta mañana de miércoles las obras de restauración del mosaico de la plaza de San Pedro, en la villa de Medinaceli, ya finalizadas, cuya inversión ha sido de 16.364 euros. Se trata de un mosaico romano tipo ‘Opus tessellatum’, del siglo II, que decoraba el pavimento del ‘oecus’ (salón principal) de la mansión de una familia bien situada en la sociedad romana del momento.
El mosaico se encuentra en una habitación de planta asimilable a un rectángulo orientado de noreste a suroeste, desconociéndose la situación de sus límites por el norte y por el sur. Cuenta con unas dimensiones de 6,20 por 5,50 metros, ocupando una superficie constatada de 34 metros cuadrados, y se ha conservado ‘in situ’ para que perdure con todo el significado patrimonial que ostenta.
Tras la restauración y musealización llevada a cabo en 2004, la Consejería de Cultura y Turismo ha decidido realizar una nueva actuación integral de restauración que se ha basado en la limpieza del teselado por medios manuales y químicos y la aplicación de un hidrorrepelente de nanopartículas para evitar la suciedad; protección de los bordes y de las zonas mediante engrasados provisionales y reversibles; eliminación de los antiguos morteros de reintegración y consolidación de mortero original y de las oquedades mediante inyección de cal y resina; desmontaje y reconstrucción de los restos arquitectónicos; creación de una zanja de drenaje y ventilación perimetral para favorecer la conservación del mosaico permitiendo la transpirabilidad del subsuelo y reintegración volumétrica de toda la superficie de mosaico faltante a nivel del mosaico existente.
Durante el proyecto, se ha documentado la situación actual mediante la realización de calcos y fotografías y se ha aplicado un nuevo método de reintegración cromática de los motivos decorativos, conocido como teselado ficticio, consistente en reconstruir de forma didáctica la superficie perdida mediante el pintado de teselas sobre el mortero de reintegración.
Los trabajos, realizados por el restaurador de bienes culturales Pablo Luis Yagüe Hoyal, se han basado en el principio de mínima intervención, utilizando productos y métodos específicos para no alterar las propiedades físico-químicas de los materiales ni la estética de la obra. El mosaico está sujeto a una ‘conservación preventiva’, basada en el mantenimiento y supervisión periódicamente para su perdurabilidad.
Integrado en el tejido urbano y protegido por una cubierta de cristal, el mosaico presenta decoración polícroma, con motivos geométricos en diferentes cenefas formando lazadas que encuadran motivos figurativos, como un casco de soldado, una jarra o un hacha. Sus teselas son de variados colores y materiales.
El eje central está formado por una estrecha banda verde de cuatro centímetros de anchura y unos cinco metros de longitud, que divide la ornamentación en dos espacios diferentes: inferior y superior.
El espacio inferior se compone de una franja central, rectangular, de 3,50 metros por 0,76 metros, delimitada por un filete negro, de cuatro centímetros de grosor. En su interior hay siete casetones cuadrangulares, de 0,28 metros de lado, silueteados con un ribete negro -por lo que resultan de 0,36 metros de lado- y su perímetro aparece bordeado y entrelazado por un sogueado de dos cabos, de 0,14 metros de grosor. De ellos, solo se conservan parcialmente tres, que albergan flores octopétalas y cuadrifolias en colores anaranjado, morado y negro, sobre fondo blanco, remarcado con línea negra de teselas. La franja de casetones está enmarcada por otra banda, de 0,18 metros de anchura, de triángulos isósceles negros y blancos enfrentados. Y, por último, una fina línea de teselas rojas la separa de una trenza de dos cabos en rojo, negro y blanco, de idéntica anchura.
El espacio superior se adentra bajo la edificación actual. Acoge el motivo central de la composición que se inscribe en el interior de un espacio, posiblemente rectangular, delimitado por una cadeneta en rojo, negro y blanco sobre fondo negro de 0,18 metros de ancho y 2,70 metros de largo. Se trata de una concha de gallones rojos perfilados en negro y blanco, de un metro de diámetro, rematados en pequeñas flores de tres puntas, con la representación de un oleaje en la parte inferior. Aparece bordeada de una greca semicircular de triángulos isósceles enfrentados, blancos y rojos, de 0,10 metros de ancho y, sobre ella, un fino filete negro y otro rojo.