La media veda continúa en la provincia y nos da historias tan curiosas como las dos codornices anilladas abatidas el domingo en Almazul. Gracias a esas anillas conocemos más detalles sobre los ciclos migratorios de estas aves.
Nos encontramos justo en mitad de la media veda y algunas especies como la codorniz comienzan a hacerse más visibles en nuestros campos y montes con el descenso de las temperaturas. Las historias de los cazadores llenan las tertulias de los bares y, la de hoy, nos lleva hasta Almazul, hacia los campos de Gómara.
Allí el pasado domingo, unos cazadores abatieron (confiesan que con los últimos atentados terroristas este verbo comienza a sonarles mal) a dos codornices anilladas. “Es normal hacerse con piezas anilladas, pero no es tan común dos anilladas en la misma batida” aseguran. La inscripción de la primera, MUSEUM PARIS, GH152181, era francesa, la segunda, ICONA MADRID,3431506, española.
Cazar aves anilladas no supone ningún problema para el cazador pero este sí debe tramitar esas anillas para que no pierda la información y el estudio de estas aves pueda continuar. Así los científicos pueden analizar y comprender mejor los procesos migratorios de estos animales. En estas épocas del año las codornices viajan hasta el norte del Africa en búsqueda del calor que empieza a escasear en Europa.
Pero volvamos a la historia que nos ocupa, la de la 'codorniz almazuleña' como ya ha sido bautizada. De la hembra abatida y anillada en España todavía no se tienen datos, pero de la francesa –cosas de la burocracia- ya se ha remitido a los cazadores toda la información, con la web de anillamiento y la federación de caza como intermediarios.
La “codorniz almazuleña”, macho en este caso, fue anillada el pasado mes de julio en Francia. Concretamente el 22 de junio, en la localidad de Sévis, junto al Canal de la Mancha, con un peso de 87 gramos. Desde entonces ha recorrido más de 940 kilómetros en su periodo migratorio, hasta llegar a Almazul. La anilla y el buen hacer de los cazadores que la abatieron y la tramitándola permite a los científicos continuar con sus investigaciones.
Seguro que en Almazul, tal vez con un rico escabeche, ya han dado cuenta de ella. Pero no sin antes indagar un poco más sobre ella, “Sévis, es una zona muy parecida a nuestra provincia, una zona muy cerealista, con mucho rastrojo de trigo que tanto les gusta” confiesa el cazador. Y es que no siempre se pueden conocer con tanto detalle las historias de las piezas cazadas.