REPORTAJES
Actualizado 20/09/2017 09:30:07

Tribuna de opinión de Carlos Vallejo, socio del Club Deportivo Numancia, que asegura: "Lo fácil siempre ha sido ser de los romanos”

Con este guiño a los lemas de las últimas campañas de abonados del Club Deportivo Numancia comienzo estas líneas con el humilde objetivo de despertar algún escondido espíritu numantino. Y es que lo que nos hace distintos a los seguidores del Numancia es ese “espíritu”, un carácter rebelde, luchador, una forma de ser distintos a la mayoría y de mantener vivo lo nuestro, como lo hicieron los numantinos hace 2.150 años frente a las legiones romanas.

Lo fácil siempre ha sido ser de los “romanos”: los todopoderosos equipos de Champions, o de primera división, y aun más fácil quedarse en casa viendo partidos por la tele. Lo valiente, distinto, sufrido, pero a la vez divertido, emocionante y alguna que otra vez agradecido es ser del equipo de nuestra olvidada Soria, y “bajar” más o menos cada quince días al estadio de Los Pajaritos; y en él dejarse la voz, o aunque sólo sean las palmas, animando al Numancia, cuya trayectoria de veintiuna temporadas seguidas en el fútbol profesional, cuatro de ellas en primera, creo que merece este esfuerzo.

Pudiera parecer que en Soria no hay muchas actividades durante el fin de semana y que ir a ver al Numancia cada partido es casi obligado, un plan redondo: pasar unas dos horas del fin de semana viendo fútbol, al conjunto de casa contra equipos históricos que, de vez en cuando, desplazan a buen número de aficionados que dan color y animación a nuestras calles los días de partido. Sin embargo aquí vamos al fútbol los de siempre y cada vez de forma más rutinaria, casi por costumbre, y además los que no van al campo tienen suficientes alternativas para pasar el rato.

Ante este gris panorama propongo probar la experiencia de disfrutar de los días de partido animando al Numancia, ahora ya sin pasar frío en nuestro calefactado estadio; programar el fin de semana en función del caprichoso horario que establezca la Liga; ponernos nuestras galas rojillas, e ir camino de Los Pajaritos, pasando previamente por alguno de los bares cercanos para ir saludando a tus compañeros de grada e ir calentando el espíritu y la garganta. Sin darnos casi cuenta, pues ya hemos empezado a pasar un buen rato con la previa del partido, se hace la hora de entrar al campo y ahora es cuando llega la hora de hacer algo distinto: ANIMAR, de forma más o menos organizada, de manera continua o a tirones, a tu ritmo o al que marque el equipo en el terreno de juego, en definitiva pasar noventa minutos desconectado de la rutina semanal y de vez en cuando llevándonos alegrías en forma de goles y victorias de nuestro Numancia. A veces se logra crear un ambiente casi mágico y buena parte del campo canta al unísono, muchas otras sólo unos pocos hacen rugir sus gargantas, pero siempre cada uno disfruta en el estadio a su manera y al final sientes que has pasado un buen rato, viendo a tu equipo y que has puesto tu granito de arena para que los jugadores se sientan apoyados.

Y si te ves con fuerza y ganas, puedes viajar siguiendo al Numancia a los campos rivales, una experiencia mucho más gratificante, pues en los desplazamientos la gente anima más y se ven caras conocidas de los sorianos en la diáspora, que están dispuestos a darlo todo en un día que para ellos es un día de fiesta, pues pueden ver a su equipo sin tener que moverse.

En resumen: Si te sientes numantino animar en el estadio es una forma diferente de vivir los partidos, no te quedes sin probar la experiencia.

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