Tímidamente, la temporada micológica va abriéndose paso en la provincia con las primeras floradas. La ausencia de precipitaciones en las últimas semanas presagia una campaña de poca producción pero mejor que la de 2016.
“Tienen ganas de salir” esa sería la conclusión que sacan los amantes de la micología tras sus primeros paseos por el monte. “Ves que está todo relativamente seco y, sin embargo, ya empiezan a brotar” apuntan desde el Centro Micológico de Navaleno. “Les falta un poquito, se ven los corronchos y falta que llueva para que crezcan” señala un experimentado setero a este periódico. La campaña micológica comienza en Soria y lo hace mirando al cielo y esperando las lluvias con el temor de que si estas no aparecen la campaña sea mala. En ningún caso tan nefasta como el año pasado, puntualizan los entendidos.
Micocyl calificaba como “valores muy bajos de producción” en sus inventarios realizados a finales de la pasada semana. Por ejemplo, la producción de boletus edulis oscila entre uno y dos kilos en las zonas de mayor productividad de la comarca de pinares. La ausencia de lluvias en la práctica totalidad del mes de septiembre impide el crecimiento de los hongos. Además las altas temperaturas han facilitado la proliferación de larvas de dípteros, por los que ahora mismo el nivel de parasitación en los ejemplares es importante.
“Esta mañana ya ha llovido” apuntan optimistas desde Pinares y las primeras heladas del año ayudan a fortalecer el terreno. Y no son pocos los sorianos que ya se han lanzado al monte a recolectar los primeros ejemplares. Están saliendo boletus y, sobre todo, la Macrolepiota Procera (los famosos parasoles). Pero tiene que llover más. Las lluvias llegan con retraso y eso hace que ya sea mejor mes noviembre que octubre señalan desde el Centro Micológico de Navaleno desde donde descartan una campaña tan mala como la del año pasado.
De si la campaña es buena o mala depende que tengamos una alta ocupación entre semana o solo en fines de semana, apuntan los establecimientos hosteleros de la comarca. “Son buenas fechas, entre la playa y la nieve, y el turismo micológico ya está asentado pero claro, tiene que acompañar la campaña” apunta Jesús Javier Andrés desde el Centro Micológico de Navaleno. “Ya no solo es el níscalo, el boletus y la seta de cardo, cada vez más restaurantes cocinan más variedades distintas” señala aunque apunta que hacen falta recursos para promover el turismo.
Reivindicativa también es la opinión de los alcaldes y vecinos de la zona quienes muestran su malestar con el sistema de recolección. “Nosotros ponemos las hectáreas y al pueblo le pueden quedar entre 600€ y 1.500€” lamentan.