Tribuna invitada realizada por Jesús Javier Andrés Barrio, Presidente de la Asociación de Profesionales de la Información de Soria
El nuevo medio de comunicación que ha visto estos días a luz en la provincia de Soria, Heraldo de Soria-Diario de Soria quiere albergar un nuevo proyecto, más ilusionante para sus promotores, pero que deja una veintena de personas sin empleo en el sector.
Perdemos en Soria el privilegio de contar con dos periódicos en papel de la información diaria de la provincia. Atrás quedan nuestras manías por ver cuál de los dos colaba el reportaje de moda, la última noticia o la publicidad más buscada. Ya no podemos presumir, ante los compañeros de la Federación Nacional de Periodistas de que, con la que está cayendo, Soria tiene dos diarios en papel.
Recuerdo ahora con cierta nostalgia lo mal que nos sentaban las primicias de Antonio Hernández en el Soria Semanal, o la envidia que nos daba el acuerdo de Diario de Soria con El Mundo, ya desde El Heraldo de Soria. Echábamos en falta mejores condiciones laborales, un tratamiento más acorde desde las direcciones y la posibilidad de tener una proyección en la profesión, pero también éramos conscientes de la valentía y arrojo que suponía sacar un medio de comunicación adelante en una provincia con muy pocas expectativas de futuro, donde el tejido empresarial sigue estancado y donde buscar publicidad para financiar los gastos del medio de turno sigue siendo una quimera.
Ya pasan a otra época la pugna de los dos constructores para hacerse con los favores de la institución de turno. Las manidas y tergiversadas fórmulas de hacer comulgar a los lectores con rueda de molino en algunas polémicas y el constante, y no siempre bien valorado trabajo, de los periodistas, que aguantaban chaparrones en una tarea de muchas horas y poco sueldo.
A pesar de las carencias, tanto en Diario de Soria como en Heraldo de Soria siempre he visto una identificación con el sitio en el que se trabaja, lo que está muy bien. Sabíamos que esto tenía que salir adelante y arrinconábamos nuestras diferencias para posibilitarlo.
Ahora nace un proyecto nuevo, ilusionante, con ganas de continuar. Lo hace como llegan los embarazos no deseados, con incomprensión. Que una veintena de trabajadores se queden sin empleo no es para descorchar champán. Pero todos sabemos lo difícil que ahora es salir con un periódico en papel. Nos hubiera gustado que siguieran los dos, pero el camino podía haber sido la desaparición de ambos, y aquí nadie habría pedido responsabilidades.
Como siempre que nos justifican los escasos fondos y ayudas que llegan a Soria, en un "conformaros con lo que tenéis que podéis estar peor", nos hacen creernos que somos unos privilegiados. Pobres, pero dignamente discriminados.
Quiero ser positivo y pensar que, detrás de esta decisión dolorosa con reducción de plantillas, hay un gran trabajo para el futuro. La primera impresión ha sido más de continuidad que de cambio, pero esperemos que se pueda ir completando en la andadura de esta nueva apuesta periodística.
Necesitamos en estas tierras un medio capaz de alzar la voz de la despoblación más allá de nuestro entorno. De los de aquí ya nos intentamos ocupar nosotros. Hay un abandono casi total, falta de apoyos, políticos que buscan medrar y no solucionan los problemas. Por ello, no necesitamos sólo un medio de comunicación más.
Precisamos de una comunicación más independiente, que no se pliegue a las veleidades de la persona de turno. Tenemos el derecho de ejercer el periodismo en libertad con responsabilidad, independencia y constancia. Asentada la precariedad en el ejercicio de este trabajo, sólo nos queda la confianza en que un proyecto más ambicioso pueda paliar en parte los males de la profesión. De lo contrario, no sólo habremos perdido una cabecera, si no que lamentaremos no haber aprovechado una gran oportunidad.