Artículo de opinión de Roberto Vega
“Cierro los ojos para vivir. Soy el poeta, él no es mas que el emperador” (extraído del premio Goncourt de novela 1960, “Dios ha nacido en el exilio”, obrón del rumano nacionalizado español Vintila Horia).
Le agradezco profesor de Instituto que alguien nos hablara sin confundirnos, directa o indirectamente, de Publio Ovidio Nasón, el poeta desterrado por el que manda; que alguien concediera importancia relativa a que nació en el año 43 a.C. en Sulmona; que escribiera Amores, Ars Amatoria, Fastos, Metamorfosis, Tristezas; que muriera el año 17 (dos milenios). No olvido su preocupación porque los adolescentes cogiéramos el gusto a ampliar conocimientos, verbi gracia de Geografía, localizando en el mapa Tomis (Constanza) o qué mar baña (Mar Negro) el Ponto Euxino.
“Para qué hablar de la impiedad de mis compañeros y de mis sirvientes desaprensivos; he soportado muchas cosas no más leves que la propia huida.” (Tristezas 4.10)
Le agradezco profesor que agitara en nosotros el frenesí hacia toda curiosidad permitiéndonos elegir caminos, como yo hice leyendo la revista especializada “Abanco. Cosas de Soria” donde en el número 13 invierno 1995 se recoge un artículo que Vintila Hora escribiera el 30/12/1966 sobre el Arco Romano de Medinaceli, Numancia y Cervantes, Soria y los Arcos de San Juan de Duero como reunión de Occidente y Oriente.
Cierro los ojos y vivo. Soy el poeta, él no es más que el president de la Generalitat de una región de Hispania.