Myriam Fernández y Marina Herce, en el local habilitado para el 'Ateneo'.


CAPITAL
Actualizado 22/10/2017 16:22:06

La Red de Apoyo Mutuo y la Red Soriana de Apoyo a Refugiad@s tienden puentes persiguiendo la solidaridad y la colaboración de la ciudadanía. Con carácter altruista, promueven otro tipo de economía, basada en el ofrecimiento desinteresado de bienes, servicios y conocimientos, y el auxilio a los desamparados, respectivamente.

Activando el sentido crítico de unas féminas indignadas. Lejos de la plaza del Sol o de Plaça Catalunya. Otro tipo de movimiento, que respira en Soria. “Con los de arriba no se puede contar”, exclama Marina Herce sin contemplaciones. Y lo expresa a favor de la ayuda, el auxilio, la colaboración o la solidaridad. “El uso de esas palabras hoy en día está totalmente vacío”, pluraliza.

Términos empleados en los “discursos”. Las “palabras mágicas de unos políticos que se llenan la boca con éstas”, denuncia. Del bonito ‘meeting’ a la acción de gente con los pies en la calle. Humanizar a un mundo “deshumanizado” mediante unas iniciativas que se encuentran en las redes sociales, en asambleas y en actividades que pretenden defender a toda costa la expresión ‘echar un cable’. La Red de Apoyo Mutuo y la Red Soriana de Apoyo a Refugiad@s (RSAR) alzan su voz en un paisaje consumista y egocéntrico.

Ambos proyectos, “ligados”, nacen en 2015. Iniciativas gestionadas de forma altruista. Una manera “alternativa” de mover el mundo desde Soria. La Red de Apoyo Mutuo impulsa una economía distinta a la utilizada en el siglo XXI. Ofertas y demandas que desean “compartir” y “colectivizar” bienes y conocimientos. Pretenden superar las palabras “intercambio” y “trueque” para simplemente “dar y saciar necesidades”, detalla Myriam Fernández, una de las representantes de la Red de Apoyo Mutuo. “Otra forma de funcionar económicamente”, enfatiza.

“Nuestro lema, cada uno según su capacidad y cada uno según su necesidad. Un viejo lema comunista libertario”, detalla Fernández sobre la gente que sufre “problemas económicos”. Dar soluciones en un marco económico distinto al actual. La base es “compartir”. Crear un “sentimiento comunitario”. ¿Una utopía? Esas redes persiguen el “bien común”.

Por su parte, la RSAR, que se “desvinculó rápidamente del Ayuntamiento”, no pudo gestionar listas de refugiados. Pasó entonces a organizar recogidas de material en la plaza Mayor, en contacto permanente con la Ayuda al Pueblo Sirio (Madrid). Establecieron puntos fijos de recogida. Se dedicaron a “concienciar” con charlas. programas de radio o donaciones.

GESTIÓN Y DIFUSIÓN
Sendos proyectos se coordinan y se autogestionan a través de asambleas, llevadas a cabo en el Ateneo, espacio público en la Plaza del Olivo. El uso del Facebook o el WhatsApp complementan el ‘modus operandi’ de ambas redes. Herce, coordinadora de la Red Soriana de Apoyo a Refugiad@s, denuncia que ese grupo se ha ido “deshinchando” y que le gustaría que “la gente se implicase un poco más”. Critica con tristeza esa cierta soledad.

Fernández apunta que la plataforma de Facebook, donde se gestan la concesión de algunos servicios, ya rondan los 1.000 usuarios. Sus objetivos, dar visibilización a ambas redes, que hoy en día todavía son desconocidas. Quieren tumbar al “¿quiénes sois?” Piedra a piedra; poco a poco. “Que sea un trabajo silencioso no es una ventaja”, destaca Fernández.

Ambas féminas se encomiendan a la máxima difusión. Y en beneficio de ello, la red soriana de apoyo a refugiad@s clamó contra el no cumplimiento respecto a la acogida de refugiados en España. El Estado debía amparar a 15.357 personas que solicitaban refugio y no alcanzó esos números. Fue por ello que la red soriana realizó una ‘cacerolada’ los días 26 y 27 de septiembre.

“Cualquier persona que esté concienciada le cae el alama a los pies cuando pasan dos años y no se ha hecho nada. La guerra sigue en pie. No les interesa hacer nada”, Sin un segundo que perder, ambas redes abren sus puertas. Todos son bienvenidos. “Si no hay participación, si no hay contacto humano, esto se va al traste”, cuenta Herce.

ESTO ACABA DE “EMPEZAR”
La RSAR se está “desinflando”. Cuando hay participación, “sube el ánimo”, subraya Herce. “Va por temporadas: ahora estamos un poco parados. Da rabia. Queremos hacer más. ¿Lo bonito? Que esto sigue hacia adelante. Eso es positivo”, valora una de las valedoras de la RSAR sobre el estado del proyecto.

“La idea es que esto está empezando”, analiza Fernández sobre la Red de Apoyo Mutuo. Gira, en movimiento. “Queda mucho por hacer” y lucharán para preservar la “esencia primaria”, explica Fernández, quien matiza que esto solo “acaba de empezar”. Perseverar y seguir. “No avanzar en falso”, puntualiza una de las coordinadoras de la Red de Apoyo Mutuo.

UN “FUTURO AMPLIO”
“Prefiero pensar en un futuro amplio. Tenemos programadas cosas: una recogida para No Borders (un colectivo activista que brinda apoyo a las personas refugiadas). Hemos hablado con ello y nos han comentado que imperan las necesidades. Intentaremos recoger medicamentos, material de botiquín...etc”, destaca Herce.

Alguna “charla más” y con el guiño del Certamen Cortos Soria, que contará con un apartado de refugiados, según cuenta la miembro de la RSAR. “Seguir intentando llegar a más, que esto implique más a las personas. El modelo económico actual no mira tanto por cubrir las necesidades básicas”, resume Fernández sobre las intenciones de la Red de Apoyo Mutuo. Día a día. “Tampoco se puede ir más rápido. Estas cosas llevan un tiempo y nosotros no disponemos de medios potentes. Despacito y buena letra”, reflexiona Herce.

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