Artículo de opinión de María José Fuentes
De migajas califica Carlos Martínez los presupuestos que elaboran las administraciones del PP en lo referente a Soria, y de migajas podemos hablar si quiere cuando uno sale del centro de Soria y visita los barrios de los alrededores. Si uno se acerca a Las Casas, que es tan barrio o más que el de San Pedro, El Calaverón o Los Pajaritos, se encuentra con una situación de abandono total, incomprensible cuando a este barrio se le suponía un nadar en la abundancia como contrapartida por haber puesto en su término la nueva cárcel, dotándoles de un millón de euros para acondicionar zonas del barrio deterioradas o nuevas. El tema es que los sorianos de Las Casas pagan su IBI y demás impuestos como todos los demás, y sienten que solamente existen para que les expropien terrenos. A cambio, se encuentran con que están incomunicados, no tienen ni una triste pasarela para salvar la variante que les deja incomunicados y que llevan reclamando desde que esta se hizo; de hecho, tienen un proyecto que ellos mismos encargaron desde hace 11 años. El problema es que este proyecto debe desarrollarlo en solitario el alcalde de Soria. Otra cuestión peliaguda es la del transporte urbano, o mejor, la falta de él. Hay 50 niños, además de sus familias, que no tienen ni un triste autobús para llegar a su propia ciudad y ven, con evidente cabreo, cómo los autobuses giran en el polígono de “Las Casas”, a 600 metros de sus viviendas. Otro punto más de incomunicación es la casi nula señal que tienen de internet, indispensable ya en la vida cotidiana. Los cables de la luz y teléfono siguen sin estar soterrados, de forma que hace un par de años los arrastró el camión de la basura… Podría seguir hasta acabar la hoja entera, pero al final todo se resume en que a cambio de su generosidad, porque han sido muy generosos, se les ha pagado con desidia y abandono. Ni las migajas.