En el mundo mueren al año 1.250.000 personas en accidente de tráfico. El año pasado fallecieron en las carreteras españolas 1.810; en las sorianas, 19, y este año han perdido la vida, hasta el momento, siete.
La subdelegada del Gobierno ha estado acompañada esta mañana por la madre de la joven de 15 años, María García Rubio, que falleció el 2013 al ser atropellada cuando entrenaba con su bicicleta, en la conmemoración del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Tráfico. En la puerta de la Jefatura Provincial de Tráfico, se ha guardado un minuto de silencio y Yolanda de Gregorio ha leído un manifiesto en el que ha agradecido a Mamen Rubio el “ejemplo que nos ha dado a todos y por eso hemos querido esta mañana que todos aprendamos con ella y de ella”.
La subdelegada ha destacado que “los accidentes de tráfico son una pandemia, un tributo de sangre que pagamos, incluso con resignación, como si nada pudiéramos hacer por evitarlos. Y no es así”. Las Naciones Unidas declararon en 2005, el tercer domingo de noviembre de cada año, el Día Mundial en Memoria de las Víctimas de Accidentes de Tráfico. El lema de este año fija un objetivo de cara a 2020: Reducir las muertes por accidentes de tráfico y las lesiones graves en un 50 por ciento.
Cada año mueren en el mundo 1.250.000 personas en las carreteras. En España, en 2016 murieron 1.810 personas. En Soria, fueron 19 las que perdieron la vida el año pasado. Y en 2017, a estas alturas, son siete las víctimas mortales. “Por mucho que sea positiva la reducción”, se ha preguntado De Gregorio “¿de qué les sirve a esas siete familias, a los amigos de esas siete vidas truncadas de forma totalmente sorpresiva?”
Por eso ha hecho votos para que “todos seamos mucho más ambiciosos en nuestros objetivos. Nadie debe perder la vida por una imprudencia en la carretera. Y está en nuestras manos, en la de todos los conductores, conseguirlo”.
La subdelegada ha recordado que el sábado, 18 de noviembre, María García Rubio hubiera cumplido 20 años. Cuando tenía 15, el 22 de agosto de 2013, mientras entrenaba con su bicicleta por la carretera nacional N-111, “un coche truncó para siempre un proyecto vital recién comenzado. Toda Soria quedó conmocionada. Sólo el dolor era una emoción reconocible. Todo lo demás fue incertidumbre, desconcierto, perplejidad. Todavía hoy es inexplicable”.
Para De Gregorio, “lo único cierto es que, una vez más se demostró que un coche es un arma peligrosa cuando no se ponen los cinco sentidos al volante. Todos podemos ser María pero también todos podemos provocar una tragedia parecida”.
A partir de ese momento, Mamen Rubio ha luchado por concienciar a los conductores de que deben ser respetuosos con los ciclistas, de que, en palabras de la subdelegada, “algo tan simple como reducir la velocidad y guardar una distancia de seguridad de como mínimo metro y medio cuando se adelanta a un ciclista habría salvado muchas vidas”.
Por ello, ha agradecido a la madre de la joven fallecida “su coraje y el ejemplo dado a todos. Nos va la vida en ello porque todos podemos vernos reflejados en su caso, no estamos exentos de convertirnos ni en víctimas ni en verdugos. Aunque sí que está en nuestras manos evitarlo”.
El Día Mundial en Recuerdo a las víctimas de Accidente de Tráfico tiene por objeto sensibilizar a la población general sobre un hecho cotidiano que produce inmenso dolor y sufrimiento a millones de personas en todo el mundo: los accidentes de tráfico. El Día en Memoria de las Víctimas de Tráfico se inició en 1993 en el Reino Unido por Brigitte Chaundry, de la asociación Road Peace, y rápidamente se extendió a otras organizaciones de víctimas de accidentes de tráfico bajo el auspicio de la Federación Europea de Víctimas de la Carretera (FEVR).
Naciones Unidas, en la sesión plenaria del 26 de Octubre de 2005, declaró el tercer domingo de noviembre de cada año el "Día Mundial en Memoria de las Victimas de Accidentes de Tráfico". Desde entonces, el número de países que se suman a la celebración del Día Mundial crece cada año.
Este año 2017 el lema oficial es: “Objetivo 2020: reducir las muertes de tráfico y lesiones graves en un 50%”. Este objetivo es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización Mundial de la Salud, en concreto es parte del Objetivo 3º: “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades".
Según ha recordado Yolanda de Gregorio, desde el año 2000 han perdido la vida en las carreteras sorianas 394 personas. Precisamente ese año, 2000, fue el más trágico puesto que murieron 72 personas, entre ellos los 28 jóvenes que viajaban en un autobús y fallecieron el 6 de julio en Golmayo.
La media de los diez primeros años del nuevo siglo situaba las víctimas mortales en cerca de 30 al año. Hubo un repunte significativo el año pasado en el que murieron 19 personas. Desde 2008 se empezó a notar un descenso importante del número de accidentes con fallecidos. Ese año hubo 20. En 2009, 2010 y 2011 hubo 15 cada año. En 2012 bajaron a 7. En 2013 hubo 9. En 2014, 14. En 2015, 8. Y en 2016, los 19 mencionados.
Hasta el día de hoy, en 2017 se han producido siete víctimas mortales en nuestras calzadas de la provincia. Para Yolanda de Gregorio, “la reducción no es suficiente. No nos va a parecer suficiente hasta que no se produzca ninguna víctima mortal. No podemos aceptar como normal, como inevitable, tanto dolor derramado por nuestras carreteras”.
Los datos ofrecidos por la subdelegada, que serán analizados en profundidad la próxima semana en el seno de la Comisión Provincial de Tráfico, indican que este año (hasta el último mes cerrado, octubre) se han producido más accidentes que en el mismo periodo de 2016 pero con mucha menor lesividad. En 2017, los 1.416 accidentes hasta octubre habían provocado seis fallecidos y 110 heridos leves o graves. En 2016, los 1.376 accidentes ocurridos provocaron 18 muertos y 171 heridos.
La explicación a estas cifras está en el aumento de los accidentes provocados por animales, sobre todo corzos. Son siniestros que suelen saldarse con daños materiales pero que han aumentado mucho en estos diez meses de 2017 en los que ha habido 1.072 accidentes que tenían como denominador común la irrupción de animales incontrolados en las carreteras. De ellos, 843 eran corzos. En 2016, también hasta octubre, 995 provocaron accidentes. 768 eran corzos.
“Está claro”, ha concluido la subdelegada, “que ha habido muchos menos accidentes de los que no provocan los animales en 2017 pero la cifra global este año es mayor porque han aumentado mucho los siniestros protagonizados por los corzos”.