La muestra, que se podrá visitar hasta el 31 de enero, se centra en el ambiente social, económico y cultural que configuró la época donde se mantuvo la más principal de las coronas soberanas: la formada por los reinos de León y Castilla.
La Junta de Castilla y León ha organizado la exposición ‘Soria en la época de Carlos I’ para conmemorar el quinto centenario de la llegada del monarca a España. La muestra se enmarca en un programa de la Consejería de Cultura y Turismo de actividades culturales, turísticas y patrimoniales denominado ‘Tronos que comparten historia y presente’.
El delegado territorial, Manuel López, ha presentado esta mañana la exposición que acoge el Archivo Histórico Provincial de Soria (Plaza San Clemente, 8), en la que se puede ver documentación original de la época e ilustraciones que permiten conocer cómo era la Soria del siglo XVI. Junto al delegado, han estado el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Carlos de la Casa, y la directora del Archivo, Auxiliadora Sánchez.
‘Soria en la época de Carlos I’ arranca con unas reproducciones de la herencia que recibió el monarca de sus abuelos, como los escudos de armas y una intitulación que refleja todas sus posesiones.
El recorrido continúa con dos documentos originales del monarca a la villa de Velamazán: uno se refiere al cumplimiento de los alardes y el otro es una provisión para que no se dieran las tierras públicas sin autorización real.
También se exhibe un pleito entre la Universidad de la Tierra y la ciudad de Soria, que contiene una provisión real sobre los maravedíes que había que pagar para el arreglo de puentes y fuentes; documentos sobre el pago de impuestos, inventarios de bienes o la elección de representantes a las Cortes; y un contrato entre Alonso de Río y el cantero Rodrigo Pérez por el que se fijan las condiciones y características que tendría la casa del primero, actual sede del Archivo.
La muestra se completa con varios mapas y una línea de tiempo con los acontecimientos más importantes ocurridos durante el reinado de Carlos I. Además, los visitantes podrán realizarse una fotografía en el ‘photo-call’ que se ha creado, donde aparecen tres personajes de la época.
Para rememorar la figura de Carlos I y su reivindicación histórica en toda la Comunidad, la Consejería de Cultura y Turismo ha contemplado exposiciones en los nueve archivos históricos de Castilla y León. El objetivo es que se conozcan distintos aspectos del ambiente social, económico y cultural de la época.
En el caso de Soria, la exposición estará abierta hasta el 31 de enero de 2018 en horario de mañana, de 8.30 a 14.30 horas, de lunes a viernes, o en horario de tarde, los lunes y martes, de 16.30 a 19.00 horas. La muestra, además, está confeccionada desde un punto de vista didáctico, orientada a la visita de escolares.
Carlos I, hijo de Juana I de Castilla y Felipe I de Borgoña, nació en Gante en 1500. Con apenas diecisiete años, el monarca recibió en herencia la mayor cantidad de territorios que nunca antes había obtenido un rey europeo, entre ellos, las coronas de Castilla y Aragón.
La unión de todos los territorios convertiría a la monarquía española, durante el siglo XVI, en una de las más poderosas. La monarquía universal española, como fue conocida, era una nueva estructura política integrada por el conjunto de todos los reinos, ducados, condados y señoríos, cuya titularidad recaía en el monarca. De esta forma, se mantenían unidos los territorios bajo la fórmula de unión personal, por lo que no había entre ellos un vínculo de naturaleza jurídico-política sino que compartían la acción política común que el rey ejercía sobre ellos.
Procedente de Flandes, el joven desembarcó el 18 de septiembre de 1517 en el puerto asturiano de Tazones (Villaviciosa), mientras la comitiva real le esperaba en Laredo. Un año después, en 1518, las Cortes de Valladolid lo proclamaron rey de Castilla y León. Los procuradores aprovecharon la ocasión para exigirle que no otorgase cargos a los extranjeros y que prohibiese la salida de oro y plata del reino. El rey rechazó estas solicitudes y, para obtener la corona imperial, agravó el descontento de gran parte de la población que no veía con buenos ojos la utilización de dinero castellano para fines ajenos a Castilla.
La crisis general que se vivía propició una revolución en la primavera de 1520. La victoria real en las proximidades de Villalar puso fin al único proyecto de una monarquía que tuviera en cuenta el poder del reino representado en las Cortes. Tampoco el proyecto de unidad cristiana se pudo llevar a cabo ante conflictos como la guerra contra Francia, la piratería berberisca y la aparición del protestantismo.
Las continuas disputas y la crisis financiera provocaron que Carlos I abdicase en 1555 en Bruselas. El monarca se retiró al monasterio de Yuste, en Extremadura, donde falleció en 1558.