Policía Nacional y Guardia Civil se incorporan al Observatorio de Agresiones para coordinar y ejecutar las actuaciones relacionadas con manifestaciones violentas o intimidación al personal sanitario.
Diez trabajadores de los centros sanitarios públicos de la provincia fueron agredidos entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2017. De estos, seis fueron en hospitales y los otros cuatro en Atención Primaria.
Son datos extraídos de la reunión de la Sección de Agresiones del Observatorio Único de Castilla y León, que se celebraba hoy, presidida por el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez. Destaca en esta ocasión como novedad la incorporación de responsables de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, que pasan a formar parte de la Sección de Agresiones tras la creación, el pasado mes de octubre, de la figura del Interlocutor Policial Sanitario en todas las provincias de la Comunidad. Se trata de expertos designados por la Policía Nacional y la Guardia Civil que se constituyen como cauce de comunicación entre los cuerpos policiales y los responsables del centro sanitario encargados de coordinar y ejecutar las actuaciones relacionadas con manifestaciones violentas o intimidación al personal sanitario.
A raíz de la Instrucción 3/2017 de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior sobre medidas policiales contra las agresiones en los centros sanitarios, se han constituido grupos de trabajo en todas las áreas en los que participan los Interlocutores Policiales Territoriales Sanitarios -Policía Nacional y Guardia Civil-, las Gerencias y los colegios profesionales de médicos y enfermería. Ya se han celebrado las primeras reuniones con el traspaso de información sobre la situación de los centros, las medidas de seguridad existentes en los mismos y las características de las agresiones producidas; y se han concretado medidas de coordinación y sobre la necesidad de formar a los profesionales en prevención de las agresiones y fomento de las denuncias.
De los 463 profesionales agredidos a lo largo de estos meses en Castilla y León, 273 sufrieron las agresiones en hospitales y 184 en centros de Atención Primaria. Además, el 16 % -en total 99- de estas agresiones fueron físicas, de las cuales 55 se produjeron en área de Psiquiatría; cinco en Urgencias; seis en Medicina Interna; cuatro en consultas; una en domicilio del paciente; dos en la vía pública, y 26 en otros lugares. Del resto de agresiones, el 21 % fueron de carácter psicológico y el 63 % verbales.
Sobre la incidencia de las agresiones externas en el personal de la Gerencia Regional de Salud, se realizó una encuesta el pasado mes de junio –tal y como se aprobó en la reunión de la sección de agresiones celebrada en marzo-, remitida a 2.346 profesionales sanitarios y contestada por 2.177. De ellos, el 66,8 % respondió que nunca había sufrido una agresión, mientras que el 29,8 % sí que había sido agredido –física, verbal o psicológicamente- en alguna ocasión.
Entre los problemas detectados en la encuesta, se encuentra que aún un número importante de profesionales no comunican ni registran la agresión, si bien, el porcentaje de los que sí la declaran se ha incrementado de manera notable en los últimos años. En este sentido, cabe destacar que en Atención Primaria fueron un 23 % los que no habían comunicado la agresión, mientras que en el año 2011 este porcentaje se elevaba hasta el 77 %.
Entre las actuaciones que se han llevado a cabo desde la última reunión de la Sección del Observatorio, destaca también la campaña de sensibilización que se desarrolló en el mes de junio bajo el lema ‘Stop Agresiones’ y que incidía en las consecuencias penales para los autores de las agresiones a personal de los centros sanitarios y en la necesidad de respetar el trabajo de estos profesionales, como continuación a la campaña ‘Espacio de Salud Espacio de Respeto’, iniciada en 2009.
También se concluye tras la realización de esta encuesta que el 61,2 % de los agresores fueron hombres, frente a un 38,8 % de mujeres, y que en un 52,6 % de los casos fue el propio paciente el que realizó la agresión, mientras que en un 42,2 % el agresor fue el acompañante.
Los datos de esta encuesta ponen de manifiesto que se producen más incidentes que los que se registran; que el incremento en el número de incidentes registrados obedece en buena medida a que en los últimos años ha mejorado la inclusión en el registro; y que pese a ello una parte de los profesionales no declaran los incidentes. Las razones por las que no se registran los incidentes son: en un 32 % por considerar que no sirve para nada; en un 30 % porque no le parecía importante; y en un 20 % por no conocer el procedimiento.