Artículo de opinión de Sergio García.
Si ustedes son de los que pasan las tardes de verano viendo el Tour de Francia sabrán que el último de la clasificación recibe una atención especial. Ser el último de algo tiene mucho de simbólico, de saber que seguramente nunca llegue tu momento pero de, pese a todo, seguir en la batalla. Por ello los partidos políticos acostumbran a reservar el último puesto de la lista para una persona singular, alguien que no quiere meterse en la primera línea pero que capta y representa la esencia y los valores de la formación.
El próximo día 21 habrá elecciones en Cataluña, sí, otra vez Cataluña. Y hoy quiero hablaros de la persona que cierra la lista de Esquerra Republicana (la fuerza política mayoritaria en Cataluña) por Barcelona, Ramón Cotarelo. Este profesor universitario y uno de los ideólogos primogénitos de Podemos tiene unas declaraciones de hace unos meses en las que afirma que “nunca ha habido nación española”, que “Castilla se ha apoderado del conjunto de la península por los avatares de la historia”, y -ojo que aquí viene lo gordo- “ahora Castilla es un andrajo y en el siglo XV y XVI era un conjunto de pastores y analfabetos”. Como bien me apuntaba un amigo, Cervantes, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, fray Luis de León, Gutierre de Games, o el marqués de Santillana debían ser unos don nadie. Clasismo del bueno, superioridad moral sin ambages, ignorancia sin prejuicios y manipulación sin sonroja.
Al tiempo, el Gobierno del PP (liberal y centralista dicen algunos) vuelve a comprar su estabilidad política al PNV con un acuerdo insultante sobre el cupo vasco. Un acuerdo objetivamente insolidario, porque da más a quien más tiene, e injusto, todos los expertos dicen que el cálculo se aleja de la realidad, que cuenta con el beneplácito de todos los partidos políticos menos Ciudadanos. Y mientras aquí seguimos nosotros, pidiendo las migajas y dejando que nos traten como tontos. A ver si va a ser verdad que somos unos pastores analfabetos…