Los programas a desarrollar se encuadran dentro de la II Estrategia de Educación Ambiental de Castilla y León 2016-2020.
La Diputación de Soria ha solicitado a la Junta de Castilla y León una subvención de 30.000 euros para el desarrollo de programas de educación ambiental, dentro de la II Estrategia de Educación Ambiental 2016-2020 de la Comunidad. En concreto, la Institución planea desarrollar los programas ‘Uso responsable de abonos en la agricultura y su influencia en el medio, en particular en la calidad de las aguas. Alternativas a los abonos minerales’ y ‘Fomento de la reducción en la generación de residuos domésticos y de su correcta gestión’, que cuentan con un coste de 20.000 euros cada uno haciendo un total de 40.000 euros. La Diputación se compromete por tanto a financiar el 25% del importe total del proyecto, solicitando a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente el 75% restante, con una aportación máxima de 30.000 euros.
El desarrollo de estos programas se encuadra dentro de la II Estrategia de Educación Ambiental de Castilla y León 2016-2020, que recoge la necesidad de renovar la línea de colaboración de la Comunidad Autónoma con las entidades locales para el desarrollo de programas de educación ambiental. Las entidades locales son responsables de buena parte de la gestión ambiental que desarrollan las administraciones públicas y tienen una gran incidencia en la promoción de la participación ciudadana y en el funcionamiento de las asociaciones para la defensa de los intereses generales o sectoriales de los vecinos. Las Diputaciones Provinciales, además, tienen una importante presencia en el medio rural y contribuyen positivamente a su desarrollo económico y social.
En concreto, algunas de las líneas de acción que se plantean para el programa ‘Uso responsable de abonos en la agricultura y su influencia en el medio, en particular en la calidad de las aguas. Alternativas a los abonos minerales’ son incorporar la educación ambiental y el medio ambiente a las líneas de formación para responsables, gestores y técnicos de la administración; incorporar buenas prácticas ambientales en las administraciones públicas relativas a movilidad, ahorro de agua y energía, uso de energías renovables, reutilización y reciclado de materiales, uso de materiales reciclados, compra verde, etc.; impulsar la implantación de programas y disponibilidad de recursos sobre cuestiones relevantes: uso de agua, cambio climático, gestión de residuos, ruido, conservación del suelo, especies exóticas invasoras, uso de fitosanitarios, etc.; y crear un ‘banco’ de ordenanzas y de buenas prácticas.
Para el programa ‘Uso responsable de abonos en la agricultura y su influencia en el medio, en particular en la calidad de las aguas. Alternativas a los abonos minerales’ las líneas de acción previstas pasan por formar en educación ambiental a gestores y directivos de empresas; impulsar la formación online en materia de sostenibilidad; y elaborar guías de buenas prácticas ambientales para los sectores que no cuentan con ellas.