Imagen que capta el interior del Círculo Amistad Numancia.


REPORTAJES
Actualizado 29/12/2017 18:58:57
Sergio García

El popular 'Casino' alcanzará la impactante cifra de 170 años en 2018 siendo una vez más “fiel reflejo de la sociedad soriana”. Cerca de 200 actividades culturales anuales le permiten mantener el pulso y encontrar nuevos socios aunque no los suficientes para paliar las bajas que se dan por causas “naturales”. Lo que no llegan son los recursos públicos para rehabilitar el edificio. Aquí, los últimos románticos de Soria.

“El Círculo Amistad Numancia es fiel reflejo de la sociedad soriana” así describe Adolfo Sainz la institución que preside hace 8 años. “Es muy difícil captar a la gente joven, el que tenga la barita mágica que nos lo diga”, reclama. Por eso la actual junta directiva decidió abrir de par en par las puertas del 'Casino'. “El Casino es hoy el centro cultural por excelencia de Soria”, señala el tesorero José María Martínez en referencia a las cerca de 200 actividades que acogen sus diferentes salones cada año. Música clásica, literatura, exposiciones… “y hasta conciertos de Heavy metal", apuntilla orgulloso Adolfo. Solo están vetados los actos litúrgicos y los políticos. Gracias a todas esas actividades en los últimos 8 años han logrado reclutar unos 500 socios nuevos, ese es el vaso medio lleno. Medio vacío, ese dato no da para sustituir a los socios que fallecen o que son trasladados a un centro de mayores. “Es muy complicado hacer a una persona joven socia del casino, pero van cayendo, poco a poco”, señala Miguel Ángel Berna, vocal de la institución. Así se escribe la historia de una institución que se encuentra afincada en el corazón de Soria, no solo físicamente sino también de manera emocional.

Historia

La historia del Casino es su mayor tesoro pero durante décadas ha supuesto también un lastre en cómo una parte de la sociedad soriana veía la institución. Las cosas, afortunadamente, han cambiado, ahora “todo el mundo que quiera puede hacerse socio”, recalcan y se han eliminado arcaicas normas como la necesidad de padrinos o la cuota de entrada, relajado las normas estéticas y suprimido las discriminaciones de género. “Es una institución viva y abierta”, resumen.

Sainz asegura que hay “mucha leyenda” sobre los piques entre ambas instituciones y apunta que “la mayoría de los socios de uno eran también socios del otro”. El Casino de Numancia se constituyó en 1848 y en 1865 el Círculo de la Amistad. En 1919 el círculo de la amistad absorbió al Casino situado en la planta superior que se encontraba arruinado. Lo que hoy en día llamaríamos un rescate, por parte de la institución en teoría más popular a la más exclusiva. “La cultura, yo lo voy a llamar así, -señala Martínez-, fue la que compró todo el edificio por 100.000 pesetas de aquellos tiempos. Entonces el Circulo Amistad se convirtió en arrendador del Casino”. En 1961 ambas instituciones se fusionaron.

Adolfo resume las diferencias entre las dos instituciones con un ejemplo que, además, le sirve para presumir de socios: “Antonio Machado era un hombre de izquierdas y más popular y se hizo socio del Círculo, en cambio Gerardo Diego que era un señorito de Santander se quiso hacer socio del Casino”.

“Todo el callejero ha sido socio”, bromea y comienza a enumerar una lista que parece no tener fin; “Ramón Benito Aceña, Nicolás Rabal, Gerado Diego, Canalejas, Epifanio Ridruejo… “Pero lo importante no son los socios ilustres, son los miles de socios que han pasado por el casino”. José María Martínez pone otro dato encima de la mesa: “Hace 20 años estábamos en el tope máximo que marcaban los estatutos, 1.500 socios”.

El BIC

¿Qué significa ser socio? Adolfo señala que “ofrecemos ser socio de una institución que tiene más de 160 años de historia”, mientras que Berna lo pone más tangible: “Yo me hice socio porque encontraba una tranquilidad que no he encontrado en otro sitio”. A día de hoy, el Círculo dispone de varias salas para la lectura, la tertulia, jugar al billar o a las cartas, y también se ofrecen los principales partidos de fútbol y corridas de toros.

Los socios pagan 18 euros al mes, que le dan derecho a usar los espacios reservados y también le permiten entrar a otros casinos por toda España. “Te tratan como uno más”, señala gratamente sorprendido Berna mientras recuerda su última visita a Vitoria.

Esos cerca de 950 socios con sus cuotas mensuales son quienes sostienen la actividad del Círculo pero también el mantenimiento de las instalaciones. “No nos ayuda nadie”, lamenta el presidente. Recalca que se trata de un edificio con gran valor histórico y artístico, unas instalaciones que datan, al menos de 1848. La antigüedad del edificio hace que mantenerlo en buen estado sea muy costoso, la última gran obra fue rehabilitar el salón Gaya Nuño que fue teatro municipal durante los años 20. Se quitó el suelo de terrazo de 5 toneladas, “teníamos miedo de que terminase cayéndose”, señalan. El próximo reto es cambiar el suelo del salón Gerardo Diego, el más utilizado para las actividades culturales, pero de momento no hay recursos.

Hay una “ayuda” tras la que llevan detrás muchos años, la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural. Eso les permitiría ahorrarse el IBI (7.000€ al año) y poderse acoger a ayudas y subvenciones. Lo han intentado en varias ocasiones pero de momento la Junta les da la espalda. “Quisimos ir de la mano todos los Casinos de Castilla y León, pero son gente mayor y cuesta…”, lamenta.

Ante la necesidad han agudizado el ingenio para encontrar vías de ingreso alternativas. En los últimos meses se han celebrado allí desde cenas y eventos de empresas hasta una boda. Eso sí, hay límites que no están dispuestos a pasar. “Una vez me preguntaron cuánto pedía por alquilarles toda la planta baja para instalar un bazar”, confiesa Adolfo. Podríamos tener una renta fija, en el mejor lugar de Soria y vivir de eso, bajar las cuotas y restaurar el edificio apunta, pero “cometeríamos un crimen contra la humanidad”.

“Es una lucha contra el tiempo. Somos los últimos románticos”, sintetiza Sainz. El Casino, una vez más, reflejo de la sociedad soriana que lucha a diario contra las circunstancias para salir adelante y, además, mantenerse fiel a su historia, sus costumbres y sus valores.

El valor de los pianos del Casino

Los pianos eran uno de los elementos fundamentales de los Casinos. El de Soria cuenta actualmente con 3, el último, un Rönisch recuperado tras 20 años en una nave. No hay dinero para restaurarlo y hacerlo funcionar pero el objetivo es limpiarlo y poder “lucirlo”.

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