La lucha por rescatar la fortaleza, que se encuentra en grave peligro de derrumbe, continúa. Es difícil entender cómo una estructura medieval tan importante y tan emblemática de la provincia está abandonada a su suerte. El argumento de que este patrimonio BIC es propiedad privada no justifica que se pierda para siempre.
La Junta de Castilla y León ha remitido un escrito a algunos de los propietarios del castillo de Caracena, para informarles de la próxima convocatoria de ayudas a propietarios de patrimonio cultural declarado BIC, y para recordarles la obligación de mantener, conservar o rehabilitar ese patrimonio, de acuerdo con la legislación vigente de la administración regional y del Estado.
Esta actuación ha podido llevarse a cabo gracias al trabajo realizado por el Ayuntamiento de Caracena, con la especial colaboración de Miguel Andrés Gómez, un soriano sensibilizado y escandalizado con el grave deterioro que sufre esa fortaleza medieval, que ha tomado como una causa personal su salvación, y que ha estado investigando la propiedad del castillo.
Para el alcalde de Caracena, Isidro Valverde, este primer paso de contactar con algunos de los más de 20 propietarios actuales, “es muy importante, porque podremos conocer sus opiniones respecto a lo que quieren hacer con el castillo”.
El alcalde lamenta el grave estado de deterioro en que se encuentra la fortaleza, una de las más importantes de la provincia, en alarmante peligro de derrumbe. Pero a pesar de la voluntad del Ayuntamiento de Caracena para evitar la pérdida total del castillo, “la circunstancia de que sea de propiedad privada impide actuar e intervenir”, señala.
“Ahora que ya conocemos los propietarios es importante que todos colaboremos para evitar el derrumbe del castillo, y salvar una parte significativa de nuestro patrimonio cultural e histórico. Además, no hay que olvidar que los propietarios tienen una responsabilidad en esta situación”
Miguel Andrés Gómez recuerda que en abril de 2016 unos turistas valencianos que visitaron el castillo, sorprendidos por su abandono, no dudaron en enviar a la prensa una fotografía de un muro que se había caído recientemente en la zona del patio de armas.
Continuos derrumbes de parte de mampostería de los muros, grietas que aparecen o se agrandan, como lo que hay en la torre del homenaje, son evidencias que la consolidación y rehabilitación del castillo urge, porque si no se toman medidas urgentes la singular y bella fortaleza de Caracena desaparecerá en muy poco tiempo, considera Miguel Andrés Gómez, que está siguiendo desde hace años su progresivo deterioro, y que no ha dudado -a título personal- en dirigir escritos a la Junta para pedir su intervención, a fin de salvar el castillo. Incluso recogió 8.500 firmas a través de la web Change.org, para exigir una intervención.
Las primeras noticias que se tienen de la existencia del castillo de Caracena son del siglo XII, concretamente a través de una sentencia de 1136 del cardenal Guido de Bolonia, sobre el pleito que mantenían las diócesis de Osma y Sigüenza por la pertenencia de las tierras de Caracena. El castillo se mantenía operativo en el siglo XV, durante los enfrentamientos entre los Reyes Católicos y el señor de la villa de Caracena, Juan de Tovar, que se vio obligado a demoler la fortaleza tras rendirse ante don Pedro de Acuña, leal de los Reyes Católicos.
En 1491, Alfonso Carrillo de Acuña obtiene el señorío de Caracena y reedifica el castillo, conforme a las pautas constructivas de la época, en la que se había generalizado el uso de la artillería y de armas de fuego. Por eso la fortaleza se construyó con troneras en los muros.
El castillo se encuentra en un paraje espectacular, sobre un cerro desde el que se domina la localidad de Caracena (que está a un kilómetro), y protegido por unos cañones que desembocan en el río Caracena. Está construido en mampostería, y tiene una muralla que recorre la zona alta entre los barrancos, y sirve a su vez de base para la torre del homenaje y muro norte del recinto interior, ambos del s.XV.
La fortaleza tiene un doble recinto con foso artificial y un acceso en zigzag muy protegido. El recinto interior es de planta rectangular. El exterior dispone de diez cubos huecos preparados para artillería.
El alcalde de Caracena insiste en que la consolidación y rehabilitación del castillo puede ser un elemento clave de dinamización turística en la zona, entre El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz, que también aportaría desarrollo económico para las localidades del entorno, especialmente para la pequeña población medieval de Caracena, que tiene declaración BIC, con un gran patrimonio arquitectónico y cultural de gran valor y belleza.
Isidro Valverde confía en que pueda encontrarse una solución para proteger y recuperar el castillo de Caracena, consciente de las limitaciones de un muncipio con escasos recursos económicos.
Más contundente es Miguel Andrés Gómez, que insiste en que las administraciones no pueden permitir que se pierda para siempre la fortaleza de Caracena, que es patrimonio cultural de todos los sorianos, más allá de que la propiedad sea privada.
Se pregunta que “por qué no se está haciendo nada para salvar un castillo tan emblemático. Es bueno que se conozca públicamente la situación de esta fortaleza. Estamos a tiempo de salvarla, y si hay que pedir responsabilidades, que se haga”.
En la provincia de Soria también existen otros casos de castillos que son de propiedad privada, a los que se ha encontrado una solución para garantizar su mantenimiento y rehabilitación. Por ejemplo, el castillo de Berlanga de Duero fue vendido al Ayuntamiento; o el castillo de Montuenga ha sido comprado por un particular, que lo está rehabilitando