Los sorianos se marchan con un 2-2 en el luminoso del Santiago Bernabéu, que fue de los numantinos durante la previa de la vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey. Besos, abrazos y brindis en las entrañas del Paseo de la Castellana.
El CD Numancia apuró, con todo merecimiento, su último sorbo de la Copa del Rey 2017/18. Se despide, de pie, del torneo del KO con un empate a dos en el mismísimo Santiago Bernabéu (5-2) contra un Real Madrid que genera peligro con muy poco. Un gol temprano de Lucas Vázquez, a centro de Carvajal, acabó con las esperanzas de remontada soriana. Era muy difícil… El Numancia era consciente de ello. Menos mal que en los alrededores del Santiago Bernabéu hubo besos y pasión numantina: cientos de aficionados del Numancia se concentraron delante del feudo blanco, en el epicentro del Paseo de la Castellana, para brindar por la escuadra rojilla con cervezas y licor. En ningún momento dejaron al Numancia solo. La marabunta soriana conquistó uno de los mayores escenarios españoles. La grada soriana no calló en la Casa Blanca: “¡Soria!”, “¡Numancia!”, “Sí se puede!” y el “a por ellos”, retumbaron con fuerza. Guillermo, que salió desde el banquillo, no se rindió. Doblete del vasco. El Numancia clausuró con un entregado empate (2-2) su triunfal paso por el trofeo del Rey. Silbidos del Bernabéu contra los suyos. Los de Soria -con su primer empate de la historia en el estadio merengue- los provocaron.
Madrid tembló, como pasó en la ida, con los primeros minutos del Numancia en la Castellana. Los de Arrasate, sin nada que perder, sembraron una breve incertidumbre en el césped blanco. Coraje y entrega iniciales (llegadas sin consumación rojilla) que subsanó el Real Madrid con una de sus primeras llegadas. Carvajal apareció desde la derecha y se la sirvió en bandeja un centro medido a Lucas Vázquez. El canterano de La Fábrica solo tuvo que poner la cabeza en el minuto 10 para batir a Munir. Tranquilizó el Madrid a su grada, ya que durmió el partido con posesiones largas. De derecha a izquierda y por el centro. Aunque la imagen de la primera mitad, para Soria y para el Numancia, quedó reflejada en el minuto 8. Linternas al aire y “¡Soria YA!” de fondo. Con la complicidad de parte de la parroquia local como testigo.
Quería el Numancia su gol, ese que hiciese justicia a una señora eliminatoria realizada por su parte. En una contra sonó la campana. Cuando más callado estaba el Bernabéu, Dani Nieto abrió una pelota a la izquierda en un contraataque soriano. Marc Mateu corrió por ese carril y le puso ese mismo balón franco a un Guillermo, quien sustituyó a Higinio (tuvo que retirarse lesionado), para que éste solo la tuviese que empujar. ¡Qué le quiten lo bailado al Numancia! Se fue a la media parte con un 1-1 en sus arcas.
Más llegadas del Numancia en la segunda mitad. Tras un intento blanco al inicio de los segundos 45 minutos, Nacho provocaba una acción por la derecha para dejársela a Larrea, quien avisaba con un remate sin fortuna (fuera por mucho) desde la frontal del área. El fondo norte seguía volcado con su equipo. Respondía el Real Madrid, de mientras. Internada de Ceballos en el minuto 10 y la falta de conexión entre Nacho y Lucas Vázquez tiraba a la basura la aproximación blanca.
Sonaría el “¡Madrid y nada más!”. No perdonó el Real Madrid en el minuto 59. El Bernabéu señalaría el 2-1, el remate de los blancos. Jugada de Asensio, que la iniciaba, Mayoral la ponía templadita y suave en el medio del área chica y Lucas Vázquez, de volea, lograba su segundo gol de la noche. Moría el partido y con él, el Numancia, al que pocas fuerzas le quedaban. Sí, le quedaba los cánticos de su grada apartada, ubicada en el fondo norte de la caserna blanca. Y seguía ofreciendo cosas buenas en la capital, como los contados contragolpes que mantenía en el segundo tiempo –con Nacho y Dani Nieto como cabezas de serie-.
Algún “¡oh!” de la Casa Blanca como colofón final. El Numancia acabó el partido de la mejor manera posible: atacando y sin miedo. Nacho, otra vez, pudo ser el artífice del 2-2 final, en el minuto 80. Su buena jugada por la derecha no acabó en buen puerto, pues Pere Milla, recambió de Arrasate, se estiró, pero no lo suficiente para perforar las mallas de Kiko Casilla. Trabado llegó el catalán al área blanca. El empate llegaría con un centro del nuevo de la clase, Saúl García, en el minuto 85. Guillermo remataba de cabeza a la perfección, desde la izquierda, como el mismo centro. Moría de pie el conjunto de Arrasate, que acabaría con uno menos con la expulsión de Dani Calvo por doble amarilla. 2-2 en el feudo blanco y a pensar desde ya en la Liga.