Con el lema 'Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados', pretende ser una llamada a la acción de toda la sociedad
La Diócesis de Osma-Soria se suma este domingo 14 a la celebración de la CIV Jornada mundial del emigrante y del refugiado que, con el lema 'Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados', pretende ser una llamada a la acción de toda la sociedad y una respuesta de la Iglesia a la preocupación que ha manifestado el Papa Francisco ante “la triste situación de tantos emigrantes y refugiados que huyen de las guerras, de las persecuciones, de los desastres naturales y de la pobreza”.
“A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia”, afirman desde la Delegación episcopal de migraciones, haciéndose eco de unas palabras del Francisco en su mensaje para esta Jornada. “Nuestra respuesta al problema de la inmigración y de los refugiados se podría articular entorno a cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar”, indican; “para la Iglesia nadie es extranjero pues todos formamos un solo pueblo que es el Pueblo santo de Dios”.
A las 12:30 horas, en la parroquia de El Salvador (Soria), el Obispo presidirá la Santa Misa en la que participarán, entre otras, asociaciones de bolivianos, ecuatorianos, dominicanos, colombianos y venezolanos; además se espera la presencia de otros inmigrantes procedentes de Perú, Argentina, Brasil o de algunos países africanos. Al término de la celebración, ya en los salones de la parroquia, habrá un ágape, donde se compartirán productos típicos de diferentes países, y una exhibición de bailes tradicionales.
Por la tarde, a las 19:00 horas, Monseñor Martínez Varea presidirá en la parroquia de San Francisco (Soria) la Santa Misa de acción de gracias por la reciente beatificación (el pasado 11 de noviembre) de dos mártires con vinculación soriana, asesinados por odio a la fe en 1936 en Madrid. Se trata del P. Teodoro Gómez Cervero, nacido a la vida y a la fe en Deza, y el P. Manuel Requejo Pérez, presbítero diocesano antes de ingresar en la Compañía fundada por San Vicente de Paúl.