La familia Meijide-Fuentes./SN
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REPORTAJES
Actualizado 21/01/2018 10:54:11

De forma particular y en su tiempo libre, la familia Meijide-Fuentes se dedica a buscar restos paleontológicos en la provincia de Soria. Tiene formación para ello y ha cosechado grandes resultados, pero reclama la creación de un museo para que todo el mundo pueda disfrutar de ellos.

La familia Meijide-Fuentes está formada por cuatro miembros entre los que hay tanto paleontólogos como biólogos. Desde hace años, su forma de vida no es como la del resto ya que, después de dedicarse a sus respectivos trabajos, entre los cuatro (los padres y dos hijos) dedican su tiempo libre a la búsqueda de restos paleontológicos en Soria.

Conocen bien los terrenos y se apoyan en los informes que hacen los geólogos para llegar a localizar lo que la historia enterró hace millones de años. Así y gracias a los especializados conocimientos que poseen han logrado encontrar dos nuevos dinosaurios en la provincia y multitud de restos de todo tipo en varios yacimientos diseminados por el territorio soriano.

LOS DINOSAURIOS
La búsqueda comenzó en el año 2.000 cuando descubrieron un nuevo yacimiento en Zorralbo. Allí, por los estudios del terreno que se habían hecho previamente, podían aparecer restos y los Meijide-Fuentes acudieron a la zona para encontrar en la superficie la pista que les llevó a excavar.

Encontraron pequeños fragmentos fósiles que a cualquier otra persona podrían haberles pasado desapercibidos porque, como explica Carolina Fuentes “parecen piedras si no los conoces bien”. Tras el descubrimiento solicitaron los correspondientes permisos y comenzaron la excavación. “Duró cinco campañas, desde el 2000 hasta el 2004 –excavan solo en verano- y tuvimos que descender 15 metros”, relata Manuel Meijide.

“Este yacimiento tenía una peculiaridad que se da en la zona y es que los restos se encuentran en vertical, no en horizontal, lo que complica bastante las labores porque hay que descender en muy poco espacio”. Así, al año siguiente abrieron una cata más ancha para poder trabajar cómodamente pero, al final, “acabamos excavando en 50 centímetros, solo nos cabían los pies.

Además, cada año, había que volver cerrar todo”. Pero habían encontrado los restos de un nuevo dinosaurio al que todavía faltaría estudiar y ponerle nombre. Paralelamente a la excavación es necesario ir siglando y fotografiando los restos para que todo quede documentado. Y el trabajo posterior a la excavación no es menos arduo. Primero hay que cerrar todo el excavado “y dejarlo como si no hubiese pasado nada” y después documentar y estudiar los restos, además de recomponerlos. De esta parte, de la recomposición, se ocupa uno de los hijos, Manuel Meijide que es restaurador de fósiles y artesano. “Hay piezas encontradas que son tan pequeñas o están tan erosionadas que no hemos llegado a poder saber de qué parte proceden”.

EL MUSEO PALEONTOLÓGICO
Pero todo este minucioso y lento trabajo todavía no ha visto prácticamente la luz. Se hizo una exposición temporal por el Ayuntamiento de Golmayo pero, ahora mismo “los restos están debidamente conservados en el almacén del Museo Numantino”. No se exponen porque no hay un museo paleontológico en la provincia, una reivindicación que los Meijide Fuentes están cansados de hacer.

“No entendemos cómo puede ser que nadie haga nada. Hay multitud de edificios parados que podrían utilizarse para ello y, cuando nos dirigimos a la instituciones para mostrarles los resultados y la gran cantidad de patrimonio que la provincia de Soria tiene, ellos también se quedan impactados, pero luego hace nada”. Solicitan encarecidamente que se cree un museo porque, además, los restos “están en unas condiciones de conservación óptimas. Sería una buena forma de dinamizar el turismo. Todas las ciudades que lo han hecho han uamentado las cifras de visitantes”.

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