Juan Manuel Ruiz Liso se sienta en el rincón de Soria Noticias

P: ¿Qué es lo último que hace antes de acostarse?

R: Revisar la agenda del día siguiente.

P: Cuando tiene una tarde libre, ¿a qué le gusta dedicarla?

R: No la tengo, pero si la tengo me pongo a realizar tareas pendientes, que tengo cantidad.

P: ¿Libro o película?

R: Me gustan las dos cosas. Disfruto con las películas pero me encantan los libros. Eso sí, necesito ir al cine un par de veces por semana, me relaja mucho.

P: Recomiéndeme un libro y una película.

R: Una película que vería 20.000 veces es `Casablanca´. Y un libro que también voy leyendo capítulo a capítulo son las memorias de Ramón y Cajal. Y hay algo que suelo hacer muy a menudo, no es una cuestión de ego, pero me gusta releer los libros que he escrito.

P: ¿Qué música pone cuando se ducha?

R: No, no pongo música ahí pero hay algo que me chifla y son los Beatles. Y toda la música clásica me relaja muchísimo.

P: ¿Cuál es su palabra favorita?

R: Diálogo y comunicación. Creo que muchas de las cosas negativas que pasan es por falta de diálogo.

P: Si pudiera viajar en el tiempo, iría al pasado o al futuro.

R: Hay momentos en mi vida que fueron verdaderamente extraordinarios y volvería hacia atrás para volver a vivir la infancia de mis hijos.

P: ¿Cómo era en el colegio?

R: Yo cuando era un crío era un chico feliz pero era muy gordo, muy gordo. En los Escolapios me llamaban “el bomba”, y cuando había nieve como estos días era la diana. Como mis padres tenían las mantequerías no me costaba comer todo tipo de chocolates, bollos…, hasta que a los 13 años me di cuenta de que eso no podía ser y me puse a comer lo que tenía que comer. Era un chico feliz.

P: ¿Recuerda algún profesor?

R: Sí, el padre Félix, fue con el que más aprendí. Es curioso, sus apuntes de matemáticas me sirvieron para sacar notable en la asignatura de matemáticas en primero de Medicina sin hacer nada. Era extraordinario.

P: ¿Es muy fiestero?

R: No, incluso casi me aburría. Yo creo que no he vuelto nunca a casa más tarde de la 1 de la mañana.

P: ¿Quién ha influido más en su forma de ser?

R: Yo ayudaba mucho a mis padres en la tienda y he estado detrás del mostrador durante muchísimo tiempo, y ese contacto con la gente, con las personas, es lo que más ha modelado mi forma de ser.

P: ¿Cuál fue la mayor lección que le enseñaron sus padres?

R: El trabajo.

P: ¿Y qué no le enseñó nadie y tuvo que aprenderlo a base de palos?

R: Quizá, en alguna ocasión con quien mejor me he portado me lo han devuelto con fuego y envidia, pero hay algo que es muy importante en esta vida y es saber perdonar. Yo no tengo enemigos. Nunca sabes en el momento que alguien te hizo una faena en que situación estaría.

P: ¿Cuál es el mayor éxito que ha tenido en su vida?
R: Mi familia.

P: Dígame algo que no soporta.

R: Hay en Soria un verbo que rechazo totalmente; “quedrar”. Cuando tú haces algo y ellos piensan “¿qué quedrá?, ¿Qué buscará?”

P: En qué rincón de la provincia le gusta perderse.

R: En Pinares, con una silla plegable, un libro y una cerveza fría oyendo la naturaleza… Para mí eso es paz.

P: ¿Cuál es su momento del año favorito?

R: Desde luego las Navidades no, seguramente, el Jueves la Saca.

P: Dígame un lugar del mundo que le haya impresionado.

R: Sudáfrica en sentido negativo; y el que más me ha llenado ha sido Japón. Corrección, limpieza, respeto... Y sin embargo no trabajaría nunca en Japón. Es una sociedad demasiado mecanizada. Y donde me encuentro siempre como en casa es en Portugal.

P: ¿Tiene algún lugar pendiente en su lista de viajes?

R: Sí, Australia. Y quiero hacerlo pronto que luego te haces mayor... Y luego quiero volver a Nueva York
y a Estambul, son ciudades que te atrapan.