Artículo de Virginia Pérez, coach.
Vivimos en una sociedad en la cual cada día, salen noticias en diversos medios de comunicación, contándonos catástrofes, accidentes, peleas….. En nuestro vocabulario está muy integrada la palabra, muerte. No nos importa hablar de ello casi a diario, sin darnos cuenta que está más presente en nuestro día a día de lo que creemos. Según la R.A.E. el significado de muerte, entre otros es: cesación o término de la vida.
¿Realmente sabemos o somos conscientes de lo que significa esta palabra? ¿Y la repercusión que tendría en nosotros si ese acontecimiento sucediese en nuestra vida? Estamos muy acostumbrado a hablar de esta tema pero mi pregunta es ¿seriamos capaces de afrontar algo así? De primeras, la respuesta es NO. Hay personas que tienen una mayor capacidad de adaptación a los cambios y eso les es muy útil en situaciones así, pero lo que está claro es que nadie se libra de pasar todas y cada una de las fases del DUELO. Podremos cambiar nuestro foco, hacer que nuestra mente esté más ocupada de lo que está ya, cualquier cosa con tal de escapar de la cruda realidad que nos produce tanto dolor….de una manera u otra, al final, todos a los que nos ha tocado vivir una situación de pérdida de un ser querido, hemos pasado por todas y cada una de las fases que componen el duelo. Es de vital importancia, saber gestionar bien las emociones que nos ha producido dicho acontecimiento. No hay que darlas la espalda, hay que dejarlas que salgan y saber afrontarlas lo mejor posible. Rodearse de personas o incluso profesionales, si se considera necesario, que sepan escucharte, entenderte y algo muy importante, sepan legitimar en todo momento la montaña rusa emocional que supone una situación así.
No es de extrañar que, cuando tenemos una reunión familiar, llegan fechas o celebraciones señalas, como las que acabamos de pasar, nos preguntemos… ¿qué hago con esta silla...? Silla que anteriormente estaba ocupada por la persona que ya no está ni volverá a estar con nosotros. Ahí es cuando aparece en nosotros, el Síndrome de la Silla Vacía. Se caracteriza por ese sentimiento de pérdida que se genera, cuando es percibido por una ausencia significativa. ¿Sabemos gestionar las emociones que se producen al ver esa silla vacía? ¿Cómo podemos hacer para que los que no están presentes lo estén? ¿Sabrías cómo hacer para afrontar este cambio? ¿Estarías dispuesto-a, a empezar de cero? Puedo ayudarte a dar respuesta a estas y muchas otras preguntas más. Déjame ayudarte a afrontar un cambio en tu vida, a empezar de cero. Te doy estrategias para el día a día, para afrontar situaciones que puedan suponer un cambio personal en tu vida. Te ayudo a gestionar el cambio que tanto quieres hacer. Si se quiere, se puede. Este es mi lema y puede ser también el tuyo.