El artículo de opinión de María José Fuentes, concejal del PP en el Ayuntamiento de Soria.
Vienen vientos con olor a campaña electoral, que en un año nos vuelve a tocar pasar por las urnas, y comienza a moverse la maquinaria propagandística del Ayuntamiento. La maquinaria bien engrasada empieza a vender la burra lanzando mensajes que con poco esfuerzo y no tan poco dinero, lleguen al máximo número de personas posible. En esta ocasión, se pone en marcha para lanzar la adhesión de Soria a la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, con su venta inmediatamente después a todos los sorianos que acuden a las Aulas de la Tercera Edad por parte del Alcalde.
Intentarán llevárselos al huerto haciéndoles ver que van a participar activamente en el diagnóstico de Soria como ciudad amigable, idea en principio bonita, pero que pierde su belleza cuando la teoría no se lleva a la práctica. Una vez que el Ayuntamiento desembolse 7.000 euros por la elaboración de un dosier a una empresa llamada Búmbury, se le otorgará un sello a la ciudad que certificará esa amabilidad.
La amabilidad, entiendo yo que se logra comenzando por hacer una ciudad accesible, sin barreras arquitectónicas, sin aceras estrechas y rotas, sin rebajes imposibles, sin baldosas sobresaliendo, comenzando por la mismísima Plaza Mayor, donde más de un “mayor” ha aterrizado. Da la sensación de que lo que se persigue es en realidad ese marchamo de calidad que Búmbury nos conseguirá para que el equipo de gobierno municipal pueda sacar pecho. Con informe o sin informe, Soria no es ni de lejos una ciudad amigable con las personas mayores, al menos en lo que a accesibilidad se refiere.
Esperemos que los 7.000 euros invertidos, salgan más rentables que el dinero gastado en la propaganda del estrepitoso fracaso de Soria como reserva de la biosfera, cuantía por cierto que a día de hoy se desconoce. Hay que exigir que además de en el amigable y electoralista marchamo, se invierta con seriedad en lo mucho que todos sabemos que hay que mejorar en esta ciudad, que se extiende más allá de la Plaza Mariano Granados.