Un diagnóstico temprano y un correcto tratamiento médico son fundamentales. Los consejos de Servicios Veterinarios Urbión, Silvia Menés y José Vicente Pérez.
Desde Servicios Veterinarios Urbión queremos aconsejaros sobre temas relacionados con vuestras mascotas, escribiendo pequeños artículos cada mes. En el artículo de hoy hablamos de la oruga del pino o “procesionaria” (Thaumatopea pytocampa). Posee pelos urticantes que recubren su cuerpo y que suponen un serio peligro para nuestras mascotas.
La zona más frecuente de contacto es la oral, afectando a lengua y labios, aunque también existe la posible aspiración de los “pelillos” durante el olfateo causando rinitis aguda. Y aunque es menos probable, los pelos transportados por el viento pueden dar síntomas en la zona ocular, en los párpados, algo que puede llegar a provocar úlceras en la córnea.
Tras el contacto con la oruga los animales se muestran nerviosos, tienen actos de deglución rápidos, se tocan la boca con las patas, babean y en pocos minutos se les puede hinchar la lengua y en algunos casos no pueden cerrar la boca o presentan vómitos A veces aparecen signos de shock anafiláctico, disnea, ahogamiento, fiebre, convulsiones… y, en casos extremos, la muerte.
Las lesiones tienden a evolucionar hacia la necrosis, una evolución que en algunos casos graves requiere hospitalizarlos debido a la imposibilidad de los animales de comer con normalidad. Un diagnóstico temprano y un correcto tratamiento médico son fundamentales para limitar las posibles secuelas. Como primera ayuda, podemos lavar la zona con agua caliente, pero sin frotar.
El momento más peligroso llega con el inicio de la primavera. Las orugas caen al suelo formando hileras en “procesión”, muy llamativas para nuestros animales. Como prevención, lo mejor es evitar pasear entre febrero y abril en zonas de pinos con nidos visibles.
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