La pieza que se exhibe ahora.


CAPITAL
Actualizado 02/04/2018 17:37:59

Ser exbibe como una actividad gratuita que se desarrolla los sábados, a las 12:00 horas, en el espacio expositivo de la capital. La pieza en origen coronaba una de las mejores fachadas del románico español, la fachada de la iglesia de Santo Domingo de Soria.

El Museo Numantino, gestionado por la Junta de Castilla y León, ha elegido la cruz original de la iglesia de Santo Domingo, que fue retirada en la década de 1970 debido a su mal estado, como ‘Pieza del mes’ para abril, mayo y junio. Tras un largo proceso de restauración, puede contemplarse esta cruz de piedra arenisca, tal y como fue en su tiempo.

Esta actividad constituye una oportunidad para conocer más detenidamente algunos de los bienes expuestos en el Museo, mediante una explicación detallada durante las visitas guiadas que se desarrollan gratuitamente los sábados a las 12.00 horas, con una duración aproximada de treinta minutos, sin necesidad de reserva previa.

La antigua parroquia de Santo Tomé cambió su nombre en el siglo XIX por el de Santo Domingo, en el momento en que dejó de ser parroquia y se convirtió en iglesia conventual. Para algunos investigadores su construcción se realizó bajo el reinado de Alfonso VIII; otros creen que Alfonso VIII abordó la renovación de un templo anterior. Con algunas dudas, pues no hay ningún trazo documental, se atribuye el estilo de la fachada, tan distinta al característico estilo románico soriano, a la influencia que pudo ejercer su esposa, Leonor Plantagenet, hija del rey inglés Enrique II y de Leonor de Aquitania. De ser así, Santo Tomé habría sido construida bajo patrocinio real. En cualquier caso, es obra de la última mitad del siglo XII.

En 1580 la iglesia de Santo Tomé pasó a ser, además de parroquia, la iglesia del convento de los Dominicos, que por iniciativa de Francisco Beltrán Coronel se habían instalado en Soria. Poco después se acometió el derribo de la cabecera románica y se construyó el último tramo de la nave, el crucero y la actual cabecera. De estilo románico queda un tramo de la nave abovedado en cañón ligeramente apuntado, así como la torre.

También parece probable que la nobleza soriana, de cuyos linajes ninguno celebró sus juntas en Santo Tomé, intervinieran a lo largo de la historia en obras sucesivas. Así, se señalan a los Medrano, Neilas y Coroneles o los señores de Retortillo como posibles patrocinadores de las dos capillas renacentistas.

Algún tiempo después de instalarse las Hermanas Clarisas, ya en 1894, Santo Tomé perdió su condición de parroquia y pasó a denominarse Santo Domingo.

La fachada, como señalará Gaya Nuño, por “su distribución decorativa es la más rica, la más homogénea y armoniosa de la Península Ibérica…”. Sin duda, el ritmo de sus arquerías superpuestas, la organización de la fachada en tres pisos, su portada como un cuerpo saliente con un tejaroz perdido y la calidad escultórica de las arquivoltas y capiteles hacen que sea, efectivamente, una de las fachadas más bellas e interesantes del arte románico.

La cruz que protagoniza la ‘Pieza del mes’ coronaba en origen la fachada de un modo grácil y elegante, al ser un trabajo de escultura calada. Cuando se retiró, en la década de 1970, se sustituyó por una copia fiel de lo que fue la original.

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