La mitad de los vecinos de la región respondió afirmativamente a esta pregunta. 8 de cada 10 castellanoleoneses estarían más preocupados por cómo financiar su jubilación si supieran que van a ser centenarios. El 50,9% de los ciudadanos de la región alargarían su periodo de formación hasta los 30 años y un 45,5% se plantearía tener hijos a partir de los 38 años.
Nos encaminamos hacia un futuro escenario demográfico en el que buena parte de la población llegará a vivir 100 años. Los datos del último padrón del INE muestran que, en los últimos 10 años, el número de españoles que supera los 100 años prácticamente se ha duplicado (+93%), pasando de 7.959 personas en 2007 a 15.381 en 2017. En el caso de la población de Castilla y León, son 1.571 personas las que ya han alcanzado los 100 años, siendo la comunidad autónoma con mayor proporción de personas centenarias en relación con el total de su población. Pero las proyecciones van más allá y se estima que la población centenaria en España alcance las 222.104 personas en apenas 50 años (2066).
En este contexto, el Instituto Santalucía publica de forma gratuita a través de su blog el libro ‘La vida de 100 años’, donde se abordan los retos que nos plantea como sociedad la creciente longevidad y analiza los efectos del aumento de la esperanza de vida sobre el ecosistema financiero, el mercado laboral y las relaciones sociales. Por otro lado, el Instituto Santalucía ha realizado un estudio para conocer la percepción de los españoles sobre la longevidad y cómo planificarían su vida si fueran centenarios.
Según se desprende de este análisis, el 83,9% de los castellanoleoneses coinciden en que estarían más preocupados por cómo van a financiar su jubilación si fueran a vivir 100 años o más. Tomando como referencia la edad legal de jubilación actual, fijada en los 67 años para 2027, llegar a ser centenario implicaría por tanto pasar 33 años retirado del mercado laboral, es decir, un tercio de la vida. Por ello, casi la mitad (48,2%) de los ciudadanos castellanoleoneses vería lógico jubilarse a los 70 años si fuera a vivir 100 años y prolongar así el periodo de cotización.
En este aspecto se observa además una diferencia notable entre sexos. Las cifras nacionales arrojan que los hombres estarían más dispuestos que ellas a retrasar la edad de jubilación hasta los 70 años a causa del incremento en la esperanza de vida (44,5% vs. 36,6%), pero se muestran menos preocupados por cómo financiar el retiro que las mujeres (74,2% vs. 77,9%). Precisamente, del total de personas centenarias del país, el 79% son mujeres, quienes a su vez perciben de media una pensión de jubilación un 36% inferior.
Pero la brecha de género también llega a la esperanza de vida, que se sitúa en los 80,3 años para los hombres y 85,8 años para las mujeres, y que consolida a España entre los cinco países más longevos del mundo. En el caso de Castilla y León, los ciudadanos de la región tienen una esperanza de vida por encima de la media nacional: 81 años para los hombres y 86,7 para las mujeres. Aun así, las proyecciones del INE marcan una imparable tendencia al alza en España en su conjunto: en 2065 calculan que se incrementará hasta 88,6 años para ellos y 91,6 años para ellas.
A la luz de los datos, se observa que, aunque la población centenaria va en aumento, los ciudadanos no están del todo concienciados sobre la creciente longevidad y todo lo que implica. En esta línea, el estudio revela que solo el 36,6%% de los castellanoleoneses piensa que sus hijos o futuros hijos vivirán hasta cumplir un siglo.
No obstante, existe un porcentaje considerable de la población que asegura que el hecho de vivir hasta los 100 años con buena salud sí influiría en el momento en el que tomaría ciertas decisiones vitales. Bajo ese supuesto, el 50,9% de los ciudadanos de Castilla y León alargaría su periodo de formación académica hasta los 30 años para entrar más preparado y especializado al mercado laboral; un 45,5% se plantearía tener hijos a partir de los 38 años; y un 50% incluso vería normal amortizar la hipoteca en un plazo superior a 35 años.
Para José Manuel Jiménez Rodríguez, director del Instituto Santalucía, “estamos viviendo de promedio más que nuestros padres y que nuestros abuelos, y nuestros hijos y sus hijos vivirán aún más. Sin duda, esto es una excelente noticia y debemos aprovechar al máximo este regalo. Asistimos a una transición demográfica sin precedentes que conllevará importantes cambios en las estructuras sociales y económicas por lo que es fundamental estar bien preparados para ello. El momento de la jubilación y el bienestar en esta etapa constituyen uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad y donde una buena planificación resultará clave”.