Artículo de opinión de Roberto Vega, entrenador base, en Soria Noticias.
Es deportista. Un emprendedor. Y si mal no recuerdo se crió en el Barrio de San Pedro, entre las revueltas de la Dehesa Serena y los límites del Duero (aunque si así no fuera, poco importa, ya que Marcos San Juan ha recorrido cualquier rincón soriano).
Whitman Dylan supo de él a mediados de los años noventa cuando en la pequeña guía de Soria “El Cordel” Marcos ofrecía información sobre rutas y organización de excursiones en bicicleta de montaña, a la par que Jesús de Lózar coordinaba un proyecto en el que, a intensas píldoras, colaboraban Benito Pérez Galdós, Gerardo Diego, Nicolás Rabal, Pío Baroja, Azorín, Diges y Laseca, Esther Vallejo, Chusja Andrés y Chusma Latorre…
Marcos San Juan es también un soñador que lee mapas. Un constructor de eventos. Un coleccionista de rutas pensadas que atraviesan cualquier luz del momento. Es aventurero frágil; con el paso del tiempo desconozco si soy uno de sus amigos, pero guardo como oro en paño unas escapadas de 2008 por Golmayo, Tardajos, Toledillo y Valdegeña (de ésta no tengo el reportaje); un viaje de 21 km. desde San Andrés a Soria que sustituyó al medio maratón de Pamplona (qué chulos éramos); y por ser lo último (febrero-mayo 2017), un álbum poético en el que, gracias a todas las divinidades protectoras, celebra que no se rompió la crisma con la bicicleta.
Es guía de viajes secretos por sendas, compartiendo con muchos de nosotros la esencia creativa de la superación deportiva y cultural.