Y de repente, San Juan

Tenían que ser estas líneas para hablarles de lo importante que es para la provincia ver a la plataforma Soria Ya, de nuevo a pleno rendimiento. Soria Ya es una mosca cojonera, disculpen la expresión, que no se casa con nadie, y en una época en que la despoblación está en el centro del debate, su actividad puede ser más productiva para la provincia de lo que muchos piensan. De momento el viernes 6 se reúnen con Bermúdez de Castro, para ver qué respuestas ha encontrado en estos 4 meses a los problemas de Soria. Señor secretario de Estado para las Administraciones Territoriales, hay muchas esperanzas puestas en su trabajo, no las defraude.

Decía que quería hablarles de eso cuando este fin de semana aparecieron ante mí, majestuosas, las Fiestas de San Juan. Así, sin venir a cuento me vi silbando “el tomillo y el romero” en pleno mes de abril. Reconozco que, como a miles de sorianos, los Sanjuanes me transforman y elevan mi ánimo sin aparente motivo durante 4 fantásticos meses. Reconozco que es un poco el `pan y circo´ de los romanos, pero así de inexplicables son las cosas que no se pueden explicar.

Qué bonito es escuchar a la Banda y pensar en lo que nos viene estos dos meses; empezando este domingo por el Catapán y terminando allá por junio en Valonsadero. Qué bonito es ver al `Ferrus´ decorando un local, a las peñas sanjuaneras unidas y Facebook lleno de botas. Además, este año la Peña El Cuadro, la peña en la que un servidor desfilaba cuando no tenía ni 4 meses, cumple 50 años. Un aniversario que comenzó con un emotivo acto en el Casino donde descubrimos que las fiestas no han cambiado tanto como pensamos. Por aquel entonces los jóvenes ya se disfrazaban el Viernes y los veteranos ya les decían eso de “os estáis cargando las fiestas”.

Estaba yo pensando que el señor Bermúdez de Castro, como buen oscense, seguramente disfrutaría mucho de los Sanjuanes. Si se porta bien y demuestra que ha trabajado para dar a Soria lo que se merece, tal vez podamos invitarle “pa fiestas”, que es la mayor demostración de afecto que un soriano puede hacer.