El río Duero fue durante tiempo frontera natural entre las tierras cristianas y la musulmanas de Al-Andalus, allá por el siglo X, lo que propició la construcción de estas recias estructuras. El objetivo de esta ruta es conocer tres de esos castillos, el de Berlanga, el de Gormaz y el de Osma, ubicados en parajes sorprendentes, sobre algunas de las localidades medievales más bellas de la provincia.
Esta ruta en coche, pensada para pasar todo el día, parte de la ciudad de Soria para ir a Berlanga de Duero, por la carretera provincial SO-100, con una distancia de 50 kilómetros. Se pasa por los pinares resineros de Quintana Redonda y la comarca del río Izana; y a los que les gusta el románico rural soriano, se encontrará huellas de especial valor durante el trayecto, resaltando las iglesias de Osonilla y Andaluz.
Ya en la localidad medieval de Berlanga de Duero -que hay que visitar sin prisa, sin perderse el palacio ni el centro de interpretación de San Baudelio- su castillo se muestra poderoso sobre la villa. Construido sobre una fortaleza anterior musulmana, el papel del castillo de Berlanga fue importante en la reconquista. Estamos en tierras donde luchó el Cid Campeador, que de hecho fue el primer alcalde de la villa de Berlanga.
El castillo de Berlanga se construyó en el siglo X sobre una fortificación musulmana anterior de la que no se conservan restos. Perteneció a la familia Tovar, impulsora de la colegiata. Luego, sobre la fortaleza medieval, el castillo se amplió en la época renacentista. El conjunto monumental también lo completa el palacio de los Duques de Frías.
De esta localidad se va a Gormaz, pudiéndose llegar por Morales y Recuerda. La cultura del vino y de las bodegas llega a estos pueblos, al borde de los límites de la Denominación de Origen de Ribera del Duero.
El castillo de Gormaz es el más largo de Europa, construido sobre una empinada cresta que hace fácil su defensa. Se construye en los primeros años de la reconquista, y es una copia de la alcazaba de la de Granada. Cristianos y musulmanes lo asaltan sucesivamente, poniendo unos y otros su sello personal en la construcción. En la ladera de ascenso al castillo hay una modesta ermita románica de San Miguel que guarde unas sorprendentes pinturas románicas.
Como el castillo de Berlanga, el de Gormaz se asienta en una escarpada y empinada cresta que ofrece una extensa panorámica de toda la zona. Un lugar difícil de asaltar, que se disputan cristianos y musulmanes, propiciando restauraciones y ampliaciones. Conserva dos magníficas puertas califales.
De Gormaz, por la carretera SO-160 se va a Osma, la ciudad que comparte municipio con la villa de El Burgo de Osma. Sobre el río Ucero, y junto al yacimiento de la ciudad celtíbera y romana de Uxama, se conservan los restos del castillo de Osma, de principios del siglo X. Con la visita tranquila a El Burgo de Osma y su catedral, finaliza una ruta por las tierras de la primera reconquista en España.
Este castillo, sobre el río Ucero, fue objeto de diversos avatares y disputas desde su primera reconquista, en el año 912, y hasta la definitiva en 1088. En el siglo XV perteneció al Obispado de Osma. Tiene tres recintos amurallados claramente diferenciados.