La cosecha, pendiente ahora del transcurso del tiempo para las próximas semanas.
Muy diferente ambiente al del año pasado se respira entre los profesionales del campo este San Isidro 2018. Si hace doce meses la sequía era demoledora, esta vez las abundantes lluvias de la primavera han permitido reavivar los acuíferos, rellenar los embalses y que los campos reverdezcan.
Sin embargo, esa esperanza necesita del apoyo, como siempre, del tiempo. A mediados de mayo ya amarilleaba el cereal de Castilla y León, lo que preocupaba a los agricultores. “Una lluvia generosa estos días de mayo, y también otro golpe de agua en junio, junto con temperaturas suaves, sin heladas pero tampoco sofocantes, aportarían las condiciones ideales para cuajar una buena cosecha, que tanto necesita el sector, todavía endeudado tras la sequía de 2017”, ha señalado Donaciano Dujo, presidente de ASAJA de Castilla y León.
Si que el tiempo acompañe es la principal la petición del sector en el día de su patrón, San Isidro, en la organización profesional agraria indican una segunda reclamación: “pedimos que los políticos, con conocimiento, capacidad y esfuerzo defiendan a los agricultores y ganaderos en los dos temas que hoy más nos preocupan: lograr unos precios justos y conseguir una buena negociación de la próxima PAC”, según Dujo.
También positiva es la activación de los pastos gracias a la lluvia, así como la recarga de los embalses. Los agricultores de regadío no miran ya al cielo para salvar sus cultivos y lo que esperan es una buena gestión de las comunidades de regantes y de la Administración con competencias en el agua, para que se permitan los volúmenes suficientes y en el tiempo oportuno, y conseguir así las mejores cosechas.
Por último, en otro tipo de producciones, como el viñedo, son las heladas, como las registradas estos últimos días, las que preocupan a los agricultores.