Para darse un paseo por la historia más antigua de nuestra civilización no es necesarios viajar a cientos de kilómetros fuera de Soria. El monte sagrado es algo más que uno de los lugares más representativos para todos los sorianos. Sus piedras esconden 350 figuras de arte rupestre. Un tesoro declarado Bien de interés cultural que se puede recorrer en un paseo de 1,5 km. Una oportunidad para escaparse de la ciudad y superar el periodo posfiestas
Acabadas ya las fiestas de San Juan, el verano ofrece a sorianos y visitantes la oportunidad de continuar disfrutando de uno de los espacios verdes más especiales de los que rodean la capital de la provincia. El monte sagrado, el monte Valonsadero, se convierte en cita obligada durante los meses estivales. Aquí uno puede, además de respirar uno de los mejores aires de España, también descubrir tesoros que los vecinos que poblaron estas tierras hace más de 4.000 años dejaron para disfrute y conocimiento de los tiempos futuros.
Las caprichosas formaciones rocosas que salpican este hermoso rincón son el lienzo en el que anónimos artistas del neolítico plasmaron escenas de su vida cotidiana y de su religiosidad.
Según los estudios realizados, las pinturas rupestres datan entre el año 3.000 y 2.000 a.C (Calcolítico- Edad de Bronce) y fueron realizadas por pueblos nómadas. Echándole un poco de imaginación se pueden admirar cuadrúpedos, aves, peces, armas, parejas humanas,... Multitud de motivos que se pintaban usando tierras con alto contenido en hierro y, de este modo, han llegado hasta nuestros días manteniendo su tono rojizo original.
En total, el monte Valonsadero recoge más de 530 figuras catalogadas y clasificadas que el visitante puede descubrir en 34 abrigos que cuentan con atriles interpretativos, que reflejan los contenidos de cada uno.
Actualmente hay señalizado un itinerario de fácil acceso con 11 estaciones que puede iniciarse en el panel de señalización general ubicado en el aparcamiento superior de Cañada Honda. Sus curiosos nombres hacen referencia al paraje en el que se encuentran, accidentes del terreno o a sus propias características. Estos son: Las Cobatillas, el Covachón del Puntal, la Lastra, el Mirador, Peña Somera, Peñón de la Visera, Covacha del Morro, Peñón del Majuelo (8) y los Peñascales I, II y III.
El valor de este conjunto condujo a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1985, y hay que destacar que también se incluye en los Caminos de Arte Rupestre Prehistórico de Europa.