La Comisión Territorial de Medio Ambiente considera que esta actuación, promovida por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, no requiere evaluación de impacto ambiental ordinaria.
La Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo ha acordado este jueves que el proyecto de concentración parcelaria de la zona del Canal de Buitrago, previa a la modernización del regadío y promovido Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, no tiene que someterse a evaluación de impacto ambiental ordinaria, si bien ha impuesto un condicionado ambiental para la ejecución del proyecto y su posterior desarrollo.
La zona de concentración parcelaria y mejora del regadío del Campillo de Buitrago afecta a una superficie a concentrar de 2.584 hectáreas. Las principales actuaciones se pueden resumir en: distribución del agua a presión por redes de tuberías a los nuevos lotes resultantes de la concentración parcelaria, estación de bombeo que tomará el agua del Canal mediante una balsa a pie de canal, una balsa en altura fuera del perímetro de concentración, construcción de 52 kilómetros de nuevos caminos para acceder a las fincas y retirada de 50 kilómetros de acequias.
Entre las medidas recogidas en el condicionado ambiental pueden destacarse, por su singularidad: preservar los cinco enclaves de valor ambiental para refugio de fauna, por ser zonas de gran interés para las comunidades de anfibios y para la conservación de otras especies, entre las que destaca el carricerín cejudo (Acrocephalus paludicola), una de las aves más amenazados de Europa y catalogada como ‘vulnerable’ en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, favoreciendo su titularidad pública y no comprometiendo su funcionalidad ecológica.
En relación con la protección del patrimonio histórico y arqueológico, dado que se prevé la realización de un estudio arqueológico previo que determine su extensión e interés, así como las medidas para evitar o minorar los efectos negativos y las directrices a seguir en los trabajos, se emitirá un informe en el que se establezca el tratamiento de los bienes culturales, en el caso en que pudieran verse afectados.
En cuanto al patrimonio arqueológico, hay que hacer especial referencia a la riqueza del mismo al estar vinculado, en parte, con la zona arqueológica de Numancia, y al afectar directamente a bienes declarados de Interés Cultural (entorno de protección de Numancia y cerco Escipiónico), será preceptiva la autorización de las obras por la Consejería de Cultura.