El apoyo necesario

La cuadrilla de amigos de mi hijo son siete o ocho, y ninguno de ellos están ya en Soria -tampoco mi hijo-. Veinteañeros con ganas de comerse el mundo, bien formados..., que han encontrado en otras provincias lo que no han encontrado aquí, un trabajo para empezar una vida llena de ilusiones. Mi hijo está en Pamplona, repitiendo de nuevo el mismo ‘viaje’ que realizaron sus abuelos hace décadas, que un día abandonaron Soria en busca de un porvenir. Yo hice el camino al revés, de Pamplona a Soria..., pero la historia contraria se repite...

Soria está llena este mes de agosto de jóvenes sorianos y de hijos de sorianos veinteañeros y treinteañeros que están pasando unos días en la provincia, unas semanas a lo sumo.

Y seguramente se repetirán los comentarios en los reencuentros de cientos y miles de familias, de que esto no puede seguir así, que algo tienen que hacer para crear trabajo en Soria, para desarrollar la provincia. Yo soy de los que piensan que la movilidad es una de las características de la sociedad actual, que es positiva y enriquecedora, personal y colectivamente. El problema llega cuando la movilidad solo se produce en un sentido, de Soria hacia fuera, y no al revés, de otras comunidades hacia Soria.

También soy de los que no soportan el victimismo, de los que creen que tenemos que ser los propios sorianos los que tiremos para adelante de la provincia, porque nadie lo va hacer por nosotros.

Pero que tengamos que tirar nosotros no significa que no merezcamos ayuda, apoyo y solidaridad de las instituciones y de las administraciones, para afrontar el reto del futuro de la provincia.

Y Soria aún no ha recibido ese apoyo, que sí ha dado Soria en otros momentos de la historia reciente de España, queriendo o no. Ahora está de moda impulsar políticas anti-despoblación. Lo están haciendo en Europa, en el Gobierno de España, en Castilla y León... Esperemos que no sea postureo y que haya una voluntad política real, para que vengan jóvenes veinteañeros a Soria.