Estela Navascués, en el parque de la Dehesa, en Soria. /Bernat Díez


DEPORTES
Actualizado 22/08/2018 18:18:03
Bernat Díez

Un pequeño matiz gráfico-deportivo (de atleta de “Alto Rendimiento” a atleta de “Alto Nivel”) puede salirle muy caro a la atleta tudelana afincada en Soria, quien ya duda seriamente sobre si finalmente estará becada para la campaña 2018-19, después de dar a luz.

El día de Estela Navascués, atleta tudelana afincada en Soria, parece tener más de 24 horas. Su jornada es “un puzle”, como reconoce la misma maratoniana. Madruga, lleva a Blanca, su bebé, a la guardería, va al gimnasio, practica acupuntura y mete “muchos kilómetros” en los paisajes de Soria. Todo ese desgaste rutinario que practica Estela, porque “es su trabajo”, se encauza a llegar, en buenas condiciones, al Europeo de Cross, que debe celebrarse en diciembre en Holanda y que cuya clasificación pasa por un circuito que encuentra a Valonsadero como uno de los exponentes. Tampoco se le olvida a la tudelana el sueño olímpico de Tokio’20, lo que le supondría su segunda asistencia seguida a unos Juegos Olímpicos. Tras abordar la maternidad –en octubre de 2017–, ahora Navascués, que intenta correr siempre hacia adelante, se encuentra con una serie de carencias legales e institucionales las cuales provocan que la navarra, “una soriana más”, se replanteé su futuro deportivo lejos de Soria…

“A ver si le doy la comida a Blanca”. Seguramente, Estela, cuando lo cuenta, estará sujetando una cuchara rellena de papillas o potitos. Después de dar a luz a Blanca, hace nueve meses y medio, pensó que le “costaría mucho más” volver a competir. Actualmente, rueda con confianza y experimenta una progresión que cotiza al alza: “en seguida empecé a coger ritmo. Me vino bien estar parada un año. Fue mi revulsivo. Estoy regenerada”, pronuncia. Reanudó su marcha, encaminada a larguísimas distancias, y comenzó a hacer “cosillas” (se coronó a principios de verano en Pamplona, primero, y en Oñate, a continuación). Está enchufadísima, y eso que “después de la maternidad empecé de cero”. Lamenta no haber podido alcanzar el Campeonato de España de los 5.000 metros lisos (julio 2018). Le faltaron “unos 15 días” de preparación. Este domingo 26 de agosto, Navascués correrá los 4 kilómetros de la XL Feria Mijas. Próximamente, también estará exhibiendo su recuperación por las calles de Soria, durante la Media Maratón Abel Antón.

El atletismo, su “trabajo”, le ha deparado a Navascués un regreso prodigioso. Una recuperación sensacional y sileniosa. Quemó etapas rápidamente. Ella, quien está acostumbrada “al machaque físico”, en enero de 2018 –tuvo a Blanca en octubre– ya estaba entrenando “con muy buenas sensaciones”. A la postre, “el cuerpo de un atleta profesional es capaz de aguantar cualquier cosa”, apunta la fondista.

Que Blanca la esté esperando en la meta, es “un plus” para Navascués. “Tendrá que acostumbrase a que su mamá es atleta y a que se su madre se pone las zapatillas durante las 24 horas”, ríe la maratoniana. Esa pequeña sonrisa es la que debe guiarla al Europeo de Cross, donde quiere sumar “una internacionalidad después de ser madre”. La ambición de Navascués no entiende de límites, ¿O sí? “Después de retirarme en las Olimpiadas de Río (golpe de calor), me gustaría estar en Tokio’20 para quitarme esa espinita “, desvela. Correr en lo que serían sus segundas Olimpiadas implicaría el clavar la bandera en “la cumbre deportiva”. Ahí podrá estar “el límite” que actualmente desconoce. “Al final, los años pasan…”, narra. Siente que su carrera deportiva debe “finalizar en Soria”. Pero no sabe cuándo: buena señal.

Con la maternidad hemos topado

La tudelana le denuncia a Soria Noticias que las instituciones oficiales y deportivas la han abandonado a su suerte. Ser madre, ¿Un problema en el deporte? “Es verdad que cuando una atleta se lesiona o es madre se la abandona un poco”, cuenta. Al menos, los sponsors siguen fieles a ella, a su lado. “Tú no estás; llegan otros (atletas)”, se resigna.

Craso error pensar que las instituciones le iban a prestar ayuda. Lejos de tenderle puentes, a Navascués le han levantado una muralla que puede llegar a cortarle las alas. “Con la maternidad pensaba que podía llegar a tener bastantes ayudas institucionales…”. No ha sido así. No está pasando “por un buen momento”, ya que los refuerzos institucionales y deportivos “no llegan”. Es más, los agentes públicos-deportivos no están por la labor de mover ni un dedo por Estela Navascués. ¿El motivo? El parón que la ha alejado un año de las competiciones.

La valía y la cuantía de las becas deportivas, en el aire y en el alambre. Es más, Navascués cree que este año no la becarán. Todo pasa por un pequeño matiz gráfico; gran matiz respecto al plano deportivo. El Consejo Superior de Deportes, dentro del Ministerio de Cultura y Deporte del Gobierno de España, establece una actuación “dirigida al fomento del deporte femenino” que decreta ‘Ayudas a mujeres deportistas de alto nivel para el año 2017 por nacimiento y cuidado de hijos menores de tres años’. Una golosina envenenada, pues Navascués, antes de correr en Río de Janeiro, adquirió un certificado de dicha consejería, el cual la calificaba de deportista de “Alto Rendimiento de la Real Federación Española de Atletismo”. De “Alto Nivel” a “Alto Rendimiento”, una fina línea que le puede costar muy cara –sin beca– a la maratoniana. “No es justo que haya ido a una Olimpiada y me consideren una atleta de rendimiento”, denuncia. Es más: “Me considero una atleta de élite”, matiza. La tudelana, afincada en Soria, ya ha solicitado esa beca propuesta por el Ministerio de Cultura y Deporte. Por ahora, no hay respuesta.

A día de hoy, a Navascués se le ha cerrado una puerta. “Se ha resuelto denegarte la solicitud de beca deportiva en la modalidad de alojamiento y manutención y concederte la beca deportiva de externo para la temporada 2018-2019”, según queda redactado en un escrito oficial.

“Si quieres parar y ser madre, debes hacerlo”, anima Navascués, a quien se “le van las ganas” con estas trabas burocráticas. Sopesa la idea de desplazar su carrera deportiva a Navarra, donde cree que sí recibiría el apoyo que merece. Por ahora, la tudelana tiene licencia en Castilla y León. Habla y pone como ejemplo a la Fundación Miguel Indurain, organización deportiva de Navarra.

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