Artículo de opinión de María José Fuentes, concejal del PP en el Ayuntamiento de Soria.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y estas líneas son las peores, la segunda parte de la crónica de una tragedia anunciada. El atropello de una niña en el mismo lugar donde ya fueron atropellados otros niños en enero de 2017, pone de manifiesto la urgentísima necesidad de finalizar la pasarela entre el término municipal de Soria y el de Golmayo-Camaretas.
La política chusquera de Carlos Martínez, mezcla del lloro porque no me dan y mezcla del no suelto un duro porque me lo gasto en saraos, hace que este proyecto, como tantos otros, esté bloqueado y olvidado. Difícil excusa tiene en esta ocasión.
En los presupuestos que el Partido Popular dejó elaborados, se recoge partida en Fomento para realizar un tercio de la pasarela, pero con el dudosamente legítimo gobierno de Pedro Sánchez, nada se ha vuelto a saber, como pasa con las travesías. ¿Se han preguntado los sorianos, cómo Benito Serrano, alcalde de Golmayo (2.700 vecinos) pudo pagar la parte de pasarela que realizó en su término municipal, elevada sobre la nacional 234, y Carlos Martínez, Alcalde de Soria (39.000 habitantes) se revuelva como una fiera para no pagar su parte?
De poco nos sirve a los sufridos vecinos capitalinos pagar el triple de IBI con este Alcalde al que los dineros no le dan más que para circo. 200.000 euros costó el Enclave de Agua; 167.000 es la cifra que figura en el presupuesto municipal de 2018 para hacer la pasarela que a estas alturas de año, ni está ni se la espera. Al pueblo pan y circo, pero la prioridad siempre será el pan, el jolgorio y la risa cuando atropellan niños, sobra. Cuestión de prioridades.