Una treintena de operarios de la Diputación acuden a la localidad para colaborar en las tareas de recuperación del pueblo.
La tromba que ayer domingo se cernía en la localidad de Santa María de Huerta afectó a varios vehículos estacionados en la vía pública, así como a un buen número de viviendas en sus plantas bajas. Sin embargo, la riada que provocaba el Jalón en su desbordamiento afectaba en mayor medida al monasterio cisterciense, donde las aguas entraban en algunas dependencias hasta alcanzar el metro de altura.
Conocida la noticia, el subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre y la vicepresidenta de la Diputación, Esther Pérez, se personaban ayer mismo en la localidad del este provincial para conocer los daños. Por ello, la institución provincial enviaba esta misma mañana 31 operarios de su departamento de Vías y Obras -“todo el personal disponible” según fuentes del Palacio Provincial- con un amplio dispositivo de maquinaria -tres camiones de agua, un camión mixto, una retro mixta, la barredora, una pequeña retroexcavora, una cuña de nieve utilizdad para las carreteras y dos bombas de achique-.
Pérez resñaba la “imagen desoladora” del pueblo y ha destacado el afán de los vecinos que “se están volcando” en los trabajos de reparación de daños, tanto afectados como aquellos a los que la riada no ha afectado en sus propiedades. De igual modo ha recalcado la labor de los bomberos que ayudaban a la retirada de los vehículos arrastrados hasta el puente y a la limpieza de las calzadas principales. Ha confiado en que “a la mayor brevedad posible”, Santa María recupere la normalidad.
Los daños más visibles se producían en el monasterio, que veía derrumbarse una de las tapias de su huerta, y a la zona recién remodelada, donde los religiosos tenían instalada una pequeña para la venta de los productos alimentarios artesanales que elaboran.
Según el responsable diocesano de Patrimonio Rubén Tejedor, precisamente nacido en dicha localidad, la fuerte riada “anegó todo el pueblo”, mientras que respecto al convento, las aguas afectaban sobre todo al claustro herreriano y a la tapia, que embolsaba el agua antes de desprenderse.
Esta mañana visitaba también la localidad el delegado de Patrimonio de la Junta, Carlos de la Casa, para evaluar los daños en lo que es este apartado.