El proyecto Laponias Conectadas ha llegado a su final tras un año de intercambio de experiencias entre personas emprendedoras de Soria y Teruel, las dos provincias llamadas la Laponia Española, con emprendedores de esa zona ártica de Finlandia. Un taller en Soria, en el marco de la feria Presura, y el viaje a Laponia fueron las dos últimas actividades.
El proyecto Laponias Conectadas fue uno de los proyectos seleccionaos dentro del Programa Empleaverde del Ministerio para la Transición Ecológica, una iniciativa de la Fundación Biodiversidad para el impulso y la mejora del empleo, el emprendimiento y el medio ambiente. Está cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE) en el marco del Programa Operativo Empleo, Formación y Educación 2014-2020. Laponias Conectadas ha sido implementado por la ONG soriana Cives Mundi, en colaboración con la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo (Adema), el espacio de coworking El Hueco, con sede en Soria, y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Laponia.
Durante estos doce meses se han desarrollado actividades en el Maestrazgo turolense, Soria y en la Laponia finlandesa.
El proyecto comenzó con la búsqueda de interesados en participar en las actividades y encuentros a desarrollar. Un total de 70 personas con inquietudes dispares interesadas en el emprendimiento verde y social, y con un denominador común el interés por afrontar los retos en áreas escasamente pobladas. El perfil mayoritario de las personas beneficiarias del programa ha sido mujer, residente en el medio rural, con estudios universitarios superiores y con una idea de negocio a desarrollar, a nivel local o provincial. “En muchos de los casos hemos observado la vuelta al lugar de origen familiar, después de un aprendizaje trabajando en grandes urbes”, comenta la coordinadora del proyecto, Mercedes Ciria.
Las últimas actividades han consistido en los denominados encuentros en el Maestrazgo y en Soria capital el pasado fin de semana. Y la visita a Laponia a finales del pasado mes.
El encuentro en Teruel versó sobre el ecoturismo y la gestión innovadora de espacios naturales protegidos. Se debatió sobre las necesidades y situación del turismo responsable y se contó con la participación de técnicos del equipo del Geoparque de Villuercas, así como los asistentes aprendieron sobre observación de la avifauna en el Pirineo Aragonés gracias a la labor de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. También, de la mano de Manuel Maynar, se conocieron las propuestas de nuevos proyectos de Rewilding en Europa, España y Aragón. Otro de los talleres permitió a los asistentes conocer técnicas que permitan diseñar y poner en el mercado productos turísticos responsables y competitivos en territorios rurales.
El taller de Soria celebrado durante los días de la feria Presura, ha sido el cierre de las actividades y encuentros del proyecto Laponias Conectadas.
Los días 9 y 10 de noviembre se desarrolló un encuentro-taller para identificar los desafíos socio-económicos y ambientales en las áreas escasamente pobladas, buscar soluciones de innovación social y explorar el mercado de inversión de impacto.
Al taller asistió un experto en la materia, José Carlos García-Rosell, que reside en Finlandia desde hace más de 16 años y gracias a su recorrido vital por distintos países, pudo mostrar de una manera muy amplia la situación en Finlandia, en España y en otras regiones de Europa e Iberoamérica.
El primer día se celebró un encuentro con las alumnas del proyecto que visitaron Laponia en octubre y José-Carlos, debatiéndose entre los residentes de Teruel, los sorianos y el experto finlandés la situación poblacional de las diferentes zonas, la concesión de ayudas, el mercado de trabajo comentando las labores en el campo que necesitan de mano de obra foránea puesto que tanto en Finlandia como en España no se encuentra mano de obra local.
Así mismo, se habló de cómo el Estado ha de posicionarse estratégicamente en esta materia. “Nos sorprendió que la repoblación en Laponia comenzó unida a una cuestión estratégica y militar porque necesitaban repoblar esa zona frente al avance ruso en la Guerra fría”, comenta Ciria. “Además”, añade, “en Finlandia la zona más habitada, el sur, no entiende la razón de defender la repoblación de la zona norte: ‘Si no tienen servicios que vengan a la ciudad’”.
Se trabajó la potencialidad de la agricultura y ganadería, con productos de calidad y ecológicos, que las alumnas conocieron directamente en Laponia y explicaron sus experiencias. “Necesitamos una reconversión, que ellas ya están poniendo en práctica con sus proyectos de recuperación de olivar (Apadrina un Olivo), recuperación de frutales en Montoro de Mezquita y cría de truchas en la piscifactoría de Vildé en Soria”, resume la coordinadora.
En el ámbito de patrimonio cultural se debatió sobre la gestión de espacios y formación percibida en Finlandia y la comparativa con proyectos que siguen el mismo camino en España.
Pero uno de los temas más debatidos fue las zonas sin cobertura móvil y sin internet en España y la enorme diferencia con Finlandia donde la cobertura es total en todo el territorio, incluso en las zonas más septentrionales.
El taller de innovación de la mano del experto, “nos permitió adquirir técnicas desarrolladas en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Laponia en actividades innovadoras y con un ejercicio práctico aprendimos sobre las señales que nos permiten conocer las nuevas tendencias que están impactando en la sociedad. El taller de Inversión de impacto, cerro las actividades y aprendimos como financiar nuestros proyectos sociales y medioambientalmente responsables”, concluye la coordinadora.
El viaje a la Laponia finlandesa, uno de los platos fuertes del proyecto, se realizó en la última semana de octubre y en él participaron dos emprendedoras de Soria y dos de Teruel que consiguieron su plaza en un concurso celebrado este verano en la localidad soriana de Valdeavellano de Tera, en el que los alumnos participantes en el proyecto votaron los mejores emprendimientos.
Por Soria, viajaron a Laponia María Polo y Eva Caballero. El proyecto de María Polo es una piscifactoría, que puso en marcha su abuela hace medio siglo. Ahora la nieta quiere ampliar el negocio con valores añadidos como la producción de ahumados o la creación de un lago en el que el cliente podrá pescar su propia trucha. Polo ha desarrollado proyectos en América Latina y ha regresado a Soria para continuar el negocio familiar.
Por su parte, Eva Caballero fue a Laponia por su proyecto de dinamización de las zonas rurales a través del arte y más en particular del teatro. Creando por Soria, que es el nombre del proyecto, nace de la necesidad imperante de evitar el éxodo masivo de las zonas rurales, que se desangran demográficamente a un ritmo medio de cinco habitantes menos cada hora. Con este proyecto Caballero pretende convertir el círculo vicioso de la despoblación en un círculo virtuoso en el que las áreas rurales puedan poner en valor su ventaja competitiva y convertirse en foco de creación de riqueza mediante las distintas disciplinas artísticas.
Por Teruel, viajaron a Laponia Sira Planas y Carmen Olague. Sira Planas presentó Apadrina un Olivo, un emprendimiento que lleva en funcionamiento cuatro años y que ha conseguido recuperar más de 7.000 olivos de Oliete, Teruel, con el sistema de apadrinamientos. La repercusión mediática del proyecto ha puesto al pueblo en el mapa y ha incrementado exponencialmente las visitas a la zona. Además, el proyecto ha creado ocho puestos de trabajo fijos y varios de temporada.
Carmen Olague es propietaria de dos casas rurales en Montoro de Mezquita, en la comarca del Maestrazgo turolense, un lugar con gran atractivo turístico. Olague quiere generar más valor en el área con la fabricación de licores y mermelada con productos locales. En el caso de la mermelada se hace con pétalos de rosa y ya la fabrica en pocas cantidades.