Tocará madrugar o esperar al atardecer. Así captarás la mejor luz del día. Subexponer un poco las fotos y saturar los colores en el ordenador son buenas ideas.
El otoño brinda buenas oportunidades para hacer estupendas fotografías. La luz es diferente y para muchos expertos es quizás la más bonita del año. También los escenarios se ponen de nuestro lado con una gama cromática más amplia.
Las mejores horas para hacer fotos son al salir el sol y antes de que este se ponga. Entonces el ángulo de incidencia de la luz solar hace que se resalten las tonalidades amarillentas y rojizas de las hojas de los árboles. Programa las salidas y evita las horas centrales del día.
Cambia constantemente de posición. Levántate, agáchate, gira la cámara, títare al suelo, súbete a algún alto... Así tus fotos tendrán un mayor interés.
No pienses únicamente en fotografías paisajísticas con distancias focales cortas. El otoño da posibilidades muy interesantes a la hora de mostrar los detalles. Prueba, por ejemplo, a fotografiar hojas, jugando con la gradación del tono que muestren.
La medición de tu cámara puede jugarte una mala pasada si el sol se filtra a través de las hojas amarillas con suficiente fuerza. Para conseguir unos colores bien expuestos, prueba a subexponer un poco la foto. De todos modos, si tu cámara dispone de histograma, fíjate bien en la información que te proporciona, es la mejor referencia que tendrás sobre si estás haciendo bien o no las fotografías.
Cuando estés en casa y ajustes tus fotos, prueba a saturar un poco los canales rojo y amarillo. También puedes probar a aplicar un filtro amarillento para dar un tono más cálido a la escena.