Iván Aparicio, presidente de Recuerdo y Dignidad, expone las labores de su agrupación para la recuperción de cadáveres de desaparecidos en la provincia.
Castilla y León cuenta con, al menos, 16.189 desaparecidos o asesinados en la Guerra Civil Española. Esa cifra supone entre un 0,7 y un 0,8 por ciento de víctimas mortales de la población de entonces, un porcentaje similar en todas las provincias de Castilla y León. A este número habría que sumar prisiones, rapadas, robos de bebés, depuraciones, violaciones, torturas, muertes por enfermedad, reclusión en campos de concentración, que incluiría y un largo etcétera para comprender lo que supuso la represión que acompañó al levantamiento militar de 1936.
La cifra parte de las investigaciones llevadas a cabo por las propias asociaciones de Memoria Histórica y los historiadores que han estudiado los escasos archivos a los que se tiene acceso.
Castilla y León es además la comunidad autónoma donde se han llevado a cabo más exhumaciones. En los dieciocho últimos años, en la Comunidad se han excavado 215 fosas comunes clandestinas donde se han encontrado los cuerpos de casi 2.000 personas enterradas en ellas. Si se tiene en cuenta que únicamente se han exhumado los restos mortales de estas 2.000 personas, ello supone que aún quedan cerca de 10.000 cadáveres enterrados en fosas comunes que se solían ser abiertas en cunetas o junto a las tapias de los cementerios.
Esta información es el punto de partida de la conferencia que este martes, 4 de diciembre a las 20:00 horas tendrá lugar en el salón de actos de Cruz Roja Soria.
En ella se presentará la revista monográfica sobre la represión franquista en Castilla y León que ha desarrollado la Asociació per a la Memoria Històrica y Democràtica del Baix Llobregat (Barcelona).
Esta revista es el octavo número monográfico sobre estos hechos y la memoria de las víctimas. Una publicación que lleva a reflexionar reflexión sobre el estado del movimiento memorialista en las comunidades autónomas, y que avanza sobre dos ejes. Por un lado, la iniciativa ciudadana, a través de asociaciones y familiares y, por otro, el apoyo institucional.
Los responsables de este tipo de movimientos memorialistas han destacado la relación de la práctica totalidad de los colaboradores de esta revista con el asociacionismo, más que con instancias académicas o institucionales. Se plantea la investigación, el conocimiento de la verdad, como la primera fase de un proceso que luego sigue con la reivindicación de la memoria histórica democrática. Bajo ese punto de vista, memoria e historia, lejos de ser antagónicas, se complementan y enriquecen mutuamente.
Este estudio cuenta con 16 artículos y una entrevista coordinados por Luis Castro Berrojo que participa en la charla anunciada.
Castro, (Soria 1952) es profesor de Historia jubilado e investigador, y miembro de la Cátedra de Memoria Histórica de la Complutense. Además es activista dentro del movimiento memorialista de Burgos y de Salamanca.
Por otro lado, ha escrito entre otros, títulos sobre Nurgos 'Capital de la Cruzada', 'Burgos en la Guerra Civil', 'El recuerdo de los caídos', y 'Políticas de memoria en la España contemporánea'
En cuanto a Soria, Iván Aparicio García ha desarrollado el capítulo dedicado a la provincia, donde recorre los distintos tipos de represión sufrida que cedió el poder a los militares y cuenta con, al menos 586 desaparecidos o asesinados. Todos excepto uno sin juicio previo. Un repaso a las publicaciones, los doce años de Recuerdo y Dignidad, las exhumaciones y la perspectiva bajo el marco de los derechos humanos de la agrupación soriana completan el artículo dedicado a Soria
Iván Aparicio García, (Soria 1975) es activista de Memoria Histórica y Derechos Humanos y presidente de Recuerdo y Dignidad.