La residencia Fuente del Rey acoge el centenario de una de sus moradoras, nacida en la ya desaparecida Estepa de Tera, “Estepilla” como le gusta recordar a la homenajeada.
Este mediodía de lunes, la residencia de tercera edad Fuente del Rey, del Grupo Latorre, acogía un cumpleaños muy especial, el de María Matute Las Heras. Cien años de vida y cinco generaciones merecían el reconocimiento de esta mujer, nacida en la localidad ya despoblada de Estepa de Tera, hace un siglo.
Cuatro hijos, Avelina, Felisa, Jesús y Rufina son los que alumbró la centenaria, fruto de su matrimonio con Gregorio Gónzález, de San Andrés, con quien se trasladaría a Tera pocos años después y tras contraer nupcias. Atrás quedaba su “Estepilla”, como le gusta recordar, y que ya solo es recuerdo, uno de los núcleos de población que a partir de la mitad del siglo pasado dejaron de existir como tales. La saga se ha ido continuando con nueve nietos, diez biznietos y recientemente, con un tataranieto, Pablo.
María conserva una prodigiosa memoria, como así lo atestiguan familiares y empleados de la residencia. No faltan episodios de niñez, donde caminaba hasta otra población para acudir a la escuela, o también siempre con generosidad con los vecinos para quienes siempre había un dulce, una galleta o una magdalena cuando cruzaban la calle del domicilio familiar.
A día de hoy, amplia familia de María sigue teniendo en Tera la casa centro de toda esta saga, siendo lugar de encuentro de manera continuada en ocasiones como ahora en Navidad o en fiestas puntuales.
En el homenaje, una decena de residentes han proclamado distintos capítulos de la vida de la centenaria, que ha sido felicitada también institucionalmente por la vicepresidenta de la Diputación, y las alcaldesas de Almarza y de Tera. No ha faltado, como es costumbre, la entrega de flores a la homenajeada así como las copias en pergamino de las partidas de nacimiento y de bautismo junto con una placa conmemorativa del aniversario.