La opinión de Carlos Lafuente, empleado público y contertulio, en Soria Noticias.
Es tiempo de fabricar propósitos para el 2019, pero también de reflexionar sobre nuestro presente que, al fin y al cabo, es lo único que existe. ¿Qué tal si nos limpiamos las gafas y conseguimos ver nuestro entorno? Eso me dice una amiga a la que siempre hay que escuchar y a la que le debo la inspiración de esta columna.
Hablo de la pobreza que convive con nosotros, de la gente que no tiene oportunidades para sobrevivir con dignidad. Vivimos en un mundo muy injusto. Una sociedad que hace aguas por algunos costados. ¿Cómo es posible que ningún partido pueda tener un caladero de votos en la xenofobia, en la perdida de conquistas sociales, en nacionalismos del siglo pasado? Paradójicamente, también entre las capas más desfavorecidas de la población consiguen adeptos estos iluminados. Nada bueno se puede esperar cuando es normal la ostentación frente a la pobreza, la involución en valores. Cuando hay noticias a diario sobre violencia de género, machismo entre adolescentes, caos de valores.
En este caldo sacan pecho los involucionistas, los xenófobos, los machistas. Los que quieren que sigan existiendo ciudadanas de tercera.
Debemos recuperar nuestros valores humanistas, debemos empezara respetarnos más (sobre todo a nosotros mismos).
Debemos buscar ejemplos en instituciones que no solo se limiten a “tocar las campanas”. Usando otra vez a Machado debemos ser “en el buen sentido de la palabra, buenos”. Así nos irá mejor. ¿O no?