Dentro del programa 'Vive la Magia', el joven artista extremeño, quien está de gira por la capital soriana, realizó magia de cerca en el complejo hospitalario.
En un visto y no visto -por lo que al 'engaño' visual se refiere-, la segunda planta del Hospital Santa Bárbara se inundó de magia. Por arte de birlibirloque, el Mago Fabio sorprendió, con la ilusión como protagonista, a los presentes, mayoritariamente niños y niñas, en la segunda planta del complejo hospitalario de la capital de Soria. Magia infantil en la salita de juegos del Santa Bárbara.
Locuciones cercanas, amables y prácticas para captar en seguida la atención de los que le miraban ojipláticos en la sala de juegos. Dentro del programa 'Vive la Magia', Fabio, quien anda enseñando sus trucos este fin de semana por diferentes rincones de la capital, vertió sus recursos mágicos entre los pacientes y el equipo médico-sanitario, y los asistentes (madres y padres que acompañaban a las criaturas) ahí presentes.
Fabio bajó tres plantas, pues su magia se ceñía en primera instancia en la quinta planta. Dos bolos en poco margen de tiempo (de 12:00 a 13:00h, aproximadamente) para que su arte ocupase todo el espacio posible en el Santa Bárbara.
Una madre recorría de punta a punta el pasillo. "¡El mago se hace de rogar!", repetía. Entonces, apareció Fabio, vestido sobre un negro elegante e impoluto. Dejad que los niños y niñas vengan a mí. El extremeño sacó su baraja, su llave y su moneda. Magia de cerca ante los más pequeños, quienes le rodeaban. Sobresaltos e impresiones fuertes. Una niña, quien vio cómo una carta se le daba la vuelta en la palma de la mano, se echó llorando a los brazos de su madre. "Es sencillo", "es fácil", articulaba Fabio, el cual se quitaba méritos mientras ejecutaba trucos fugaces. Los demás, atónitos y dejando entrever incredulidad.
Este mago de Extremadura, al que se le pegan fácilmente los acentos de la geografía española, empezó en esto de la magia "por un juego de bar que me hizo un familiar mío". Y desde ese día, comenzó a hacerles trucos a sus amigos y a "comprarse libros". Se metió "de lleno en ese Mundo". Un Mundo, el suyo, en el que "nunca se revela nada".
¡Qué fácil es cautivar a los menudos de la casa! Ellos y ellas, tan devotos a ilusionarse con esas prácticas, se muestran creyentes, irremediablemente, ante lo que están viendo, ¡y más, si es de cerca! "Es súper bonito venir aquí. No sólo hay que hacer esto una vez o dos al año; siempre que se pueda. Hay que entretenerles, sacarles de la habitación, darles una vuelta y que piensen en otra cosa", alegaba Fabio. Narra que "la magia es preciosa y a los peques se les puede llevar a sitios muy bonitos con una baraja de cartas". Magia en la víspera de Reyes, "o sea, que los regalos van a ser: cartas, firmas e ilusión", se despedía.