Melchor, Gaspar y Baltasar, con los sorianos y sorianas en el el patio de columnas del Ayuntamiento.
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CAPITAL
Actualizado 05/01/2019 22:45:32
Bernat Díez

En el patio de columnas del Ayuntamiento de Soria, sus Majestades (Melchor, Gaspar y Baltasar) se sentaron en sus respectivos regazos a los sorianos y a las sorianas, quienes les lanzaron sus peticiones.

De fondo, villancicos a todo volumen. Las carrozas apuraban su recorrido hasta atrapar la plaza Mayor. Mirando desde la puerta de La Mayor, a la derecha, la Banda Municipal de Música de Soria, dirigida por José Manuel Aceña, interpretaba melodías. Mientras tanto, las autoridades (con Carlos Martínez Mínguez a la cabeza) despedían a aquellos que se iban a encamar. Sí, mañana temprano, sus Majestades de Oriente habrán hecho escala en miles de casas de la provincia castellana; así que tocaba hacer bondad y acostarse pronto.

Dentro, en el patio de columnas del Consistorio de Soria, miles y cientos de ojos brillaban. La impaciencia andaba desbordada. Atendiendo a las voluntades de esos que les procesan fe, admiración y devoción, Melchor, Gaspar y Baltasar –escoltados por sus pajes– se sentaron en sus respectivos regazos a los sorianos y sorianas (adultos y pequeños, no importaba) para conocer sus solicitudes y demandas.

Los tres Reyes Magos escuchaban y aconsejaban. Recibían cartas y dibujos. “A los camellos hay que darles agua y leche”, susurraba Baltasar. “¿Te has portado bien?”, preguntaba Melchor. Gaspar mandaba rápidamente a los niños y niñas a la cama, “hoy, a dormir pronto”. Las tres figuras, quienes tienen una larga noche por delante, copaban todo el protagonismo posible. Todos les buscaban a ellos, regalándoles deseos de última hora. A cambio, Melchor, Gaspar y Baltasar entregaban libros para colorear y chucherías.

Tres filas separadas por cintas azules; tres rotundos desórdenes. En definitiva, la ilusión, la cual no entiende de edades, es innegociable. Y ahora, ¡a dormir!

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