El actual alcalde de Almazán e impulsor de la Plataforma Por el Pueblo Soriano, quien confiesa que "mis padres me enseñaron humildad y a no meterme en problemas. No les hice mucho caso”, se sincera en esta entrevista personal.
Pregunta: ¿Qué es lo último que hace antes de acostarse?
Respuesta: Lamentablemente, lo último que hago cada noche es fumarme un cigarro en la ventana o en la terraza de casa. Después de eso, directamente a dormir, aunque hay algunos días que nos entretenemos un poco más (sonríe).
P: Cuando tiene una tarde libre, ¿a qué le gusta dedicarla?
R: Suelo tener pocas porque el Ayuntamiento de Almazán supone una implicación de 24 horas al día. Cuando consigo la tarde libre me gusta irme a mi pueblo, Cabanillas, a ver cómo van las labores del campo, cómo crecen los trigos o el girasol.
P: ¿Libro o película?
R: Película
P: Recomiéndeme una.
R: ‘Pearl Harbor’. Me gusta la historia. Creo que en estos momentos no se estudia lo suficiente en los libros de texto, y el cine me parece una buena forma de entenderla, teniendo en cuenta que incluyen fragmentos ficcionados. Hay que conocerla para no repetir los errores por los que hemos pasado.
P: ¿Qué música pone cuando se ducha?, ¿canta?
R: No pongo música porque me ducho lo más rápido posible. Si tengo un día bueno y me puedo meter en la bañera sí que aprovecho para relajarme con música, pero lo de cantar, ni hablar. Lo hago tan mal que sólo canto con mis amigos cuando nos juntamos a merendar o a comer, y porque paso desapercibido.
P: ¿Cuál es su palabra favorita?
R: Soriano y soriana. No soy el más apropiado para hablar de economía del lenguaje, los que me conocen saben que hablo mucho y a veces de más (bromea) y, aunque creo que todos estamos bien definidos con los adjetivos plurales, si podemos dar un empujón hacia la igualdad de esta forma, no está de más que nos impliquemos los políticos.
P: ¿Le gustan los animales?, ¿tiene alguno?
R: Mucho. Desde que decidí quedarme en el pueblo para dedicarme a la agricultura hemos tenido animales siempre. Unos me gustan más y otros menos. Lo explico. Además de cerdos, perros, gatos..., teníamos vacas de donde sacábamos leche para todos los días y criábamos terneros para venderlos. Desgraciadamente, uno de ellos con 500 kilos mató a mi padre cuando yo tenía 13 años. Les he cogido manía, pero con mi hermano tenemos 1.200 ovejas y vamos a emprender la aventura de una explotación de 2.700 madres cerdas en Cabanillas.
P: Si pudiera viajar en el tiempo, ¿iría al pasado o al futuro?
R: ¿Me dejas elegir? Iría al pasado y al futuro. Me gustaría trasladarme a los años 30 en este país para intentar evitar la historia más oscura de este país. También iría al futuro para ver como estamos de aquí a 300 años, si es que el planeta sigue existiendo.
P: ¿Cómo era en el colegio?
R: Ufff (coge impulso). Desde los 5 años tuve que ir interno a la Escuela Hogar de Almazán, y estar interno allí era como estar hoy en China. Después me fui a Sigüenza. Era un buen chico y buen estudiante hasta los 13 años. La muerte de mi padre me hizo dar un cambio radical, y me convertí en revoltoso, golfete y de los que más problemas daban.
P: ¿Era muy fiestero?
R: ¿Era? Yo creo que sí (vuelve a reír).
P: ¿Quiénes han influido más en su forma de ser?
R: A mi padre nunca lo he podido apartar de mi cabeza. Mi madre se hizo cargo de nosotros y con su bondad, sabiduría y buenos consejos me ha influido mucho. Aunque uno de ellos era que no me metiese en problemas, y no le hacía mucho caso.
P: ¿Cuál es la mayor lección que le han enseñado sus padres?
R: La humildad (que igual tampoco les he hecho mucho caso) y hacer siempre que se pueda el bien a todos.
P: ¿Y qué no le enseñó nadie que tuvo que aprender a base de palos?
R: La vida es la mejor escuela y me ha enseñado casi todo.