El Consistorio le abrió el balcón a su femenino, que culmina un pasaje brillante: Copa, fase de ascenso (la revalidan este año) y campeonato liguero. “Trabajo y esfuerzo”, la obra de Vera. El pasado 23 de febrero, el sénior del BM Ágreda dio un golpe de estado en Aragón.
Esta exitosa historia, la cual sigue prometiendo próximas y doradas entregas, se merece ser contada desde el punto seguido que decretó el pasado 23 de febrero una generación celeste de féminas que ha levantado su primer gran título como equipo sénior. Su Liga (2018-19), en la Primera Nacional Femenina de Aragón, acarrea que en la villa de Ágreda se establezca la Cuarta Cultura, la de las Guerreras del Moncayo. A continuación de ese punto y aparte, jugarán su segunda fase de ascenso, de forma consecutiva, para intentar nuevamente ser de plata.
Sencillamente humildes. Al finalizar el encuentro (35-6) ante el Cristo Rey, el último partido de la Fase Regular que les brindaba el título, Paula Cacho, la arquera, subrayaba que “nunca tenemos expectativas de nada”, y ese argumento es el que las hace, sin presión alguna, seguir engordando su hazaña balonmanística.
La espuma del cava que se descorchó en las duchas sofocó el incendio que habían generado en una división aragonesa que presume de un nuevo campeón soriano. Mantearon a Juan Carlos Vera, míster de este Sénior, con el ‘We are the champions’ de fondo, las Guerreras se metían dentro de una lluvia de confetis. ¡La habían liado!
Ya el domingo 24-F, con la resaca a cuestas, el Consistorio de Ágreda les abrió el balcón para que se diesen un baño de masas. Escalonadamente, “desde pequeñitas y paso a paso en la formación de jugadores”, la actual madurez de un grupo, el cual acumula años y años a su espalda, se ha encontrado con una señora Liga en su bolsillo. “Han llegado los resultados. No sabemos si volverá a pasar. Tenemos que disfrutar el momento”, aboga Vera. Han alzado “un premio muy grande”.
De los 15 encuentros que han disputado, 13 victorias, un empate y una derrota. La consecución del título no se entiende sin su regularidad. Esos números vienen contrastados por los dulces registros en los dos ejercicios anteriores: Copa (2017) y fase de ascenso (2018). La obra de esta modesta armada ha quedado culminada con una Liga (2018-19). “¡La progresión es increíble! Año tras año hemos ido creciendo. ¡Tremendo!”, valora el preparador agredeño.
¿'Guardiolismo'?, ¿'Cholismo'? En el Polideportivo de Ágreda manda una corriente singular, el ‘Verismo’, acorde al “trabajo y esfuerzo”, el principio del todo. A la ‘Vera’ de Juan Carlos, Sara Jiménez, Laura Jiménez, Paula Cacho, Raquel Jiménez, Raquel Benito, Cristina Ruiz, Ashley Barona, Isabel Chueca, Irene Alonso, Celia Calavia, Andrea Ortiz, María Pérez, Clara Gil y Ester Sevillano se han asociado para poner en práctica el estilo que define a esas ‘locas bajitas’: defensa, verticalidad y contragolpes. El grupo celeste cree y ejecuta el plan de Vera: “Al final, hemos creado una simbiosis. Todo se ha generalizado. Yo creo en un estilo de juego y ellas disfrutan con este”, explica el soriano sobre ese “acuerdo común”.
Vera le ha “quitado la razón” a aquellos expertos que, desde la psicología, instan a los entrenadores a permanecer “2-3 años” a bordo de un proyecto. Pues bien, “como no hay verdades absolutas”, en 2019, las Guerreras del Moncayo siguen confiando en la estrategia de Vera, a quien le han hecho “disfrutar”, regalándole “una Liga”.
Las horas “pasan rápidas”. Con el esfuerzo que han dedicado y “lo poco que ha durado”, destaca Vera, quien ya focaliza “los próximos objetivos”. Estos, sin lugar a duda, se encuentran dentro de la fase de ascenso. Tras la Liga, el Sénior agredeño sueña en plata, en un ascenso que las lleve a la Segunda del balonmano nacional.
“Nos lo tomamos con más seriedad que el año pasado, cuando fuimos con dudas. Este año, dependemos de los rivales y del nivel del grupo. Hay equipos que están muy por encima de nuestras posibilidades”, analiza Vera. Por ejemplo, el Granollers, posible rival, “no es de nuestro mundo, de nuestra realidad”.